Artículos

LA CASA DE LA COMUNIDAD VI

EL PRESBITERIO

Todos hemos visto una y mil veces el área del altar de la Basílica de Guadalupe del Tepeyac, muchos de nosotros habremos ido a ver allá a Nuestra Madre a su casa. Esa imagen, la de su altar, la de los asientos de los sacerdotes, el muro dorado que enmarca el sagrado ayate, las flores… es una de las imágenes más reconocidas entre todos los mexicanos, si vemos cualquier fotografía de esa área la reconocemos de inmediato, no hay ninguna duda: es la Basílica del Tepeyac. 

Fijemos nuestra mirada en los asientos de los sacerdotes, son fácilmente reconocibles. Los respaldos y descansabrazos de madera, sus vestiduras rojas son inconfundibles. Pensemos por un instante que en lugar de esos asientos hubiera ahí una silla verde de terciopelo, una naranja recubierta de vinil, una mecedora, una apilable de plástico blanco, etc., etc. ¿Qué pensaríamos al contemplar ese amasijo de sillas de formas, colores y telas distintas una de la otra? ¿Qué pensaríamos?…  Que no hubo cuidado en la elección de los asientos, que no hubo cariño en la casa de Dios, que no les importó la falta de estética, etc. 

Y es que lamentablemente eso es lo que vemos en muchos de nuestros templos… la sede es una silla que fue de la familia Equis y desde que la donó la familia sirve para ese fin, pero al lado hay dos sillas que eran de la familia Menganita que fueron de su comedor y son de madera, pero a un lado están tres banquitos de plástico que donó la familia Zutanita, y es que eran de sus nietos pero estos ya crecieron. Todo ese conjunto es parte del marco de nuestro altar en nuestro templo.

Y no digamos de otros asuntos… en la basílica del Tepeyac contemplamos la belleza de las flores que se contienen en una serie de bases muy estéticas y uniformes… mientras que en nuestro templo tenemos un jarrón café, de hecho eran dos, pero como uno lo rompió el sacristán al moverlo, pues ahora el par es uno verde metálico que nada tiene que ver con el otro. 

Podemos pensar fácilmente en que la raíz de ello es la falta de recursos, pero no es así. Más bien pecamos de falta de atención, de cuidado, de comodidad… así ha estado, nadie se ha quejado… que así se quede y así se quedó. Por los siglos de los siglos…   

Y ya ni que decir de lo más importante: de los dos altares. El de la Palabra y el de la Eucaristía. En muchas ocasiones no tienen relación. Uno es de piedra y el otro es de madera, uno es cuadrado y el otro… es un atril que antes tuvo otro uso. 

La estética del espacio sacro no es algo que de ordinario sea cuidado en nuestras comunidades. Lamentablemente. 

La credencia es una mesita que la piadosa vecina donó, y que Dios le recompense su generosidad, pero que realmente es muy angosta o muy chaparrita, pero tiene años ahí. 

El orden es siempre cosa bella y agradable… orden y estética en el altar, el ambón, la imagen del Crucificado, el atril del monitor, la credencia, la sede, las sillas de los concelebrantes, los reclinatorios de los novios, la mesa de las ofrendas…

Ve detenidamente el presbiterio de tu iglesia y analiza todo. Ciertamente estarás muy acostumbrado a verlo así, así lo has visto por años o décadas y piensa… ¿hay orden? O por lo contrario ¿hay desorden? Analízalo detenidamente ¿Qué sobra? … o por lo contrario ¿Qué falta?

Ya que lo analices no busquemos lo más sencillo: ir a decirle al Señor Cura que lo cambie, que lo queme, que lo tire a la basura sino pensar junto con él: qué hacer y cómo hacerlo. Es muy fácil decir “tire todo” y “compre todo nuevo”. Y el dinero ¿de donde lo vamos a obtener?, ¿de dónde lo vamos a sacar? Así, en plural, no sólo él “a ver cómo le hace”, sino ¿cómo le vamos a hacer como comunidad para tener, a pesar de nuestras circunstancias económicas, algo más adecuado, bello y estético? Puede ser que tú seas arquitecto o diseñador de interiores o simplemente que seas un bautizado con buen gusto… busquemos cómo ayudar. Entre todos podremos ciertamente lograr algo más estético, más bello, más propio para el culto divino. 

Relacionado

Artículos

In memoriam Lic. David Noel Ramírez Padilla. Gracias Lic. Dios le recompense. De ver una parroquia y otra, una capilla y otra, una basílica...

Artículos

PERSONAS CON DISCAPACIDAD Hace algunos años encontré una librería un libro cuyo título sería, traduciéndolo al español, “Ensanchando el ojo de la aguja”. Este...

Artículos

La sacristía es un espacio de la iglesia que en un primer momento puede parecer sencillo y obvio “¿La sacristía?”-preguntará alguien- “Pues un cuarto...

Artículos

EL AMBÓN “Una columna para poner un libro en una iglesia” ¿Qué dificultad puede tener hacerla? “Un pedestal para poner el libro” ¿Simple? ¿no?...

Salir de la versión móvil