Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Ciudad de México (www.pastoralsiglo21.org).- 3 de octubre 2019.
Misa de clausura del encuentro fundacional de la REMAM
El pasado miércoles se llevo a cabo la Santa Misa en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en el Tepeyac, con motivo de la Clausura de Encuentro Fundacional de la Red Ecológica de Mesoamerica, REMAM, la cual pretende artícular los procesos de pastoral para el cuidado de nuestra “Casa Común” de México, Honduras, Nicaragua, el Salvador Guatemala, Costa Rica y Panamá.
La Eucaristía fue presidida por Mons. Gustavo Rodríguez Vega, quien invitó a valorar la misión que tiene la Iglesia en el cuidado de nuestra Casa Común.
“Es triste constatar que la inmensa mayoría de los miembros de la Iglesia no relaciona su compromiso de fe, con la responsabilidad personal en el cuidado de la casa común. Más triste aún es que muchos de los mismos pastores de la Iglesia, sacerdotes y hasta obispos no relacionan el cuidado de la casa común con su compromiso ministerial”.
“La Iglesia en el mundo actual no debe descuidar la tarea de una pastoral ecológica”, que debe incluir la conveniente formación desde la catequesis, la inclusión de elementos apropiados en su liturgia y las acciones concretas de cuidado de la tierra, el agua y el aire, la tarea de incidencia y la vinculación con todos los grupos de otras iglesias, de la sociedad civil, o de los gobiernos que se están tomando en serio el rescate de nuestro planeta”.
El también presidente de Caritas Nacional, resalto la responsabilidad que cada uno tenemos en esta misión.
“Cada familia juega un papel de primera importancia para formar a sus hijos en el amor y cuidado de la naturaleza. Aunque la verdad es que muchos niños y jóvenes nos aventajan a los adultos en la conciencia y el compromiso ecológico. Y, finalmente, la conversión ecológica toca a cada persona en particular para responder al llamado que Dios nos hace de vivir agradecidos con Él por cada criatura y cuidando de la naturaleza, como expresión de amor solidario con toda la humanidad y con las futuras generaciones”.
“No podemos conformarnos con tener nosotros una vida cómoda y segura, por no tener al alcance de nuestros ojos, el dolor de la tierra y el dolor de los pobres. La indiferencia ante el dolor de la tierra y de los pobres es uno de los más grandes pecados de omisión de nuestro tiempo”.
“El Señor nos conceda sacar adelante todos los buenos propósitos de esta Red Mesoamericana que hoy ha nacido por la gracia de Dios”.
¡Sea alabado Jesucristo!
Lic. En Comunicación y Desarrollo Organizacional Maestro en Métodos Alternos en Solución de Conflictos.