Ciudad del Vaticano (www.pastoralsiglo21.org) 28 de febrero del 2019.- En la homilía de hoy en la Casa de Santa Marta, el Papa Francisco habló claro y directo sobre la urgencia de la conversión, “porque la ira del Señor estallará de repente”.
“No esperes a convertirte al Señor, a cambiar tu vida, a perfeccionar tu vida, a quitarte esa hierba mala, todos lo tenemos, a quitarla, no esperes a convertirte y no la pospongas día tras día, porque la ira del Señor estallará de repente”, dijo al hablar sobre los consejos contenidos en el Libro del Eclesiástico, exhortando a cambiar el corazón y convertirse al Señor.
“No seas tan imprudente, tan atrevido como para creer que te saldrás con la tuya. Ah, me he salido con la mía hasta ahora, me saldré con la mía…. No. Te saliste con la tuya, sí, pero ahora no lo sabes. No digas ‘la compasión de Dios es grande, me perdonará mis muchos pecados’, y así yo sigo haciendo lo que quiero. No digas eso”.
Aludiendo a la relatividad de la vida, el Papa citó el versículo de un Salmo que dice: “Ayer pasé y vi a un hombre; hoy volví y ya no estaba”.
No somos eternos, subrayó el Pontífice, no podemos pensar en hacer lo que queremos, confiando en la infinita misericordia de Dios.
“No sigas tu instinto, tu fuerza, complaciendo las pasiones de tu corazón. Todos tenemos pasiones. Pero ten cuidado, domina las pasiones. Tómalas en tus manos. Las pasiones no son malas, son, digamos, la sangre para llevar a cabo muchas cosas buenas, pero si no eres capaz de dominar tus pasiones, ellas te dominarán a ti. Detente, detente”.
“Hagamos cada día este pequeño examen de conciencia para convertirnos al Señor: Mañana intentaré que esto no vuelva a suceder. Sucederá, tal vez, un poco menos, pero has logrado gobernarte a ti mismo y no a ser gobernado por tus pasiones, por las muchas cosas que suceden, porque ninguno de nosotros está seguro acerca de cómo terminará la propia vida y cuándo terminará. Estos cinco minutos al final del día nos ayudarán, nos ayudarán mucho a pensar y a no posponer el cambio del corazón y la conversión al Señor. Que el Señor nos enseñe con su sabiduría a seguir por este camino”.