Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Necesitamos de la esperanza para vivir como del oxígeno para respirar
La desesperación, el desaliento, la pérdida de confianza en sí, en la vida, en la Iglesia y hasta en Dios, pareciera ser lo de hoy.
Y como no desesperar, si vivimos retos que difícilmente habíamos imaginado: crisIs personales, crisIs económica, crisis de salud y crisis de valores. Sin embargo, sería bueno reflexionar en el origen de estas situaciones y atender lo que las origina.
La respuesta está en el fondo del corazón de cada, persona, el enemigo a derrotar está dentro de nosotros, el miedo, la falta de amor propio y al prójimo, la falta de paz, por no encontrar a Dios a nuestro corazón.
El 20 de septiembre de 2017, un día después del terremoto en la Ciudad de México, el Papa Francisco dio una catequesis que ha mi parecer, es de las más hermosas, titulada: educar a la esperanza, donde señaló puntos concretos que nos ayudan a crecer en esta virtud teologal, los resumo a continuación :
1.- No tengas miedo de soñar.
2.- Relaciónate con las personas que han mantenido su corazón como el de un niño.
3.- No pienses que has luchado en vano, que la vida es un naufragio.
4.- No te quedes paralizado, ¡levántate! ¡Camina! ¡Confía! ¡Sueña!
5.- Se constructor de paz, no de odio y división.
6.- Ama a tu prójimo y respeta el camino de cada uno.
7.- Recuerda que no eres superior a nadie, que como cristiano eres hermano de todos, cultiva ideales y se fiel a ellos y si te equivocas, no dudes en levantarte siempre.
8.- Se compasivo y justo, sueña con un mundo nuevo.
9.- Pide a Dios la gracia de ser valiente, recuerda que Jesús venció por nosotros al miedo, el enemigo más grande para nuestra fe.
10.- Confía en Dios creador, en el Espíritu Santo que mueve todo hacia el bien.
Concluyó este pequeño editorial diciéndoles que la esperanza es milagrosa: cuando renace en un corazón, todo es diferente, aunque nada haya cambiado. Donde renace la esperanza renace la alegría.
Pero sobre todo, recordemos siempre el fundamento de nuestra esperanza, Cristo que vino a dar la vida por nosotros.
Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Director Editorial
Lic. En Comunicación y Desarrollo Organizacional Maestro en Métodos Alternos en Solución de Conflictos.