En torno a el 71 aniversario de la defunción del Siervo de Dios Don Guillermo Tritschler, conmemorado ayer sábado, este domingo 30 de julio, el Arzobispo de Monterrey, inauguró el mural dedicado a Monseñor Guillermo Tristchler, quien murió en olor a santidad y se encuentra en proceso de ser elevado a los altares.
“Estamos moralmente ciertos que Monseñor Guillermo Tritschler, fue un hombre bueno, un Obispo, pastor, entregado a la Iglesia de Monterrey, y que desde el punto de vista nuestro tiene las cualidades espirituales para ser elevado a los altares, pero no nos toca decidirlo a nosotros, nosotros lo proponemos, nosotros investigamos, pero la decisión la tiene el Santo Padre”, señaló Mons. Rogelio Cabrera.
“Hoy en la oración que hicimos, destacamos sus virtudes, unas de ellas, la humildad y la austeridad”, añadió.
El autor de esta obra, Gustavo Fernando Caballero Talavera, conocido con el nombre artístico de Guffo, estuvo presente en la inauguración y compartió como surgió esta obra que se encuentra en las instalaciones de la Curia Arquidiocesana de Monterrey.
“Fue idea del padre Mena Seifert, porque vio un mural que hice en los Herreras, en una capilla, lo vió, le gustó e investigó quien lo había realizado, fue así que me contactó para decirme que quería un proyecto similar para la Curia Arquidiocesana”.
Guffo, autor del mural compartió los detalles que lo integran:
“Podemos ver plasmado en la obra que era un hombre humilde y sencillo, plasme al Señor Tritschler llegando a un poblado, por eso dice: Bienvenido Sr. Tritschler, por eso los nopales, la tortuga del desierto, las gallinas. Por lo que se, era muy querido por la gente, por eso lo plasmé llegando a un poblado”.
“Esta la Virgen del Roble, también era muy aficionado a la fotografía, al senderismo, a las bellas artes, por eso esta el Popocatépetl, donde creo celebro una Misa, está también el Palacio Bellas Artes, la Catedral de México; aparece además tomando fotos acompañando de seminaristas, está la Iglesia de la Purísima, la Catedral de Monterrey, y una torre de un templo de San Luis Potosí donde también fue obispo y el cerro de la Silla, representando Monterrey, donde terminó su vida terrenal”.
Finalmente, el autor compartió para Pastoral Siglo XXI su experiencia al realizar esta obra.
“Fue una experiencia muy padre, de mucha alegría, estaba muy ajeno a los temas religiosos, pero siempre muy admirador del arte sacro, me gustan mucho los vitrales, las pinturas, entonces si represento un reto. Uno como artista conoce sus límites, yo no sé dibujar como los artistas que hacen arte sacro, pero dentro de esas limitaciones, hice lo mejor que podía, dentro de mi estilo que se llama cartoon scribble”.
Lic. En Comunicación y Desarrollo Organizacional Maestro en Métodos Alternos en Solución de Conflictos.