Monterey, N. L. (www.pastoralsiglo21.org) 22 de enero del 2018.- Lo que no pasa en otra parte, sucede en esta ciudad, y en temas religiosos y de fe también hay hechos únicos, como los que tienen que ver con el número de basílicas que existen y la distribución que se tiene de los templos del primer cuadro de la ciudad, incluida la mismísima Catedral.
Sucede que a ningún otro lugar del mundo se le ha concedido tener más de una basílica, y aquí en Monterrey hay tres, dijo el Padre Jorge Rodríguez Moya, director del Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de Monterrey y rector de la Basílica de la Purísima Concepción de María.
Parece que no es mucho, agregó, pero el Vaticano por lo general concede una única basílica por diócesis “y no sé cómo la Virgen María le hizo para tener tres, y además todas dedicadas a la Virgen María, incluyendo a la Catedral misma”.
Además las cuatro iglesias forman una cruz en el centro de la ciudad y su ubicación física es muy cercana, la distancia más larga entre una y otra es de 1.6 kilómetros.
“Tenemos una Catedral que mira hacia el oriente, una Purísima que mira hacia el poniente; una Basílica del Roble que mira hacia el sur y una Basílica de Guadalupe que mira hacia el norte, están en los cuatro puntos cardinales de la ciudad”.
Parecería que eso no es de gran relevancia, continúa, pero estas cuatro iglesias tienen la peculiaridad de tener un solo campanario y es como un dedo de cada una de ellas que apunta hacia el cielo.
No solamente tienen esa peculiaridad, sino que las cuatro advocaciones pertenecen al tiempo de Adviento. La Virgen de Catedral y la Purísima se celebran el 8 de diciembre; la de Guadalupe, el 12 de diciembre; y la Virgen del Roble, el 18 de diciembre.
Las cuatro tienen sus puertas mirando unas a las otras: la puerta de la Catedral mira a la Purísima; la Purísima mira a Catedral; la de Guadalupe mira al Roble y la del Roble mira a Guadalupe.
“Creo yo que nuestra Arquidiócesis debe sentirse muy privilegiada por tener este signo de nuestra fe”.
Con tantos problemas que tenemos de violencia, hemos decidido confeccionar esta cruz para rogarle a la Virgen Santísima que nos proteja, que así como ella forma una cruz sobre el centro de Monterrey, que esta cruz se forme también en cada uno de nosotros y en cada una de nuestras familias. En el centro de la Cruz está el crucifijo de la Catedral por ser Cristo nuestro centro.
Con los fondos se planea ayudar a financiar una asamblea nacional de comisiones diocesanas de liturgia, a la que asistirán alrededor de 150 sacerdotes de todo México y a quienes se les quiere aligerar el costo de su participación en esta jornada. La cruz está a la venta en la Basílica de la Purísima.
