Es importante que los cristianos nos dispongamos de corazón a poner atención a los signos de los tiempos, los cuales manifiestan la necesidad de vivir una vida nueva, con una actitud de auténtico cambio en nuestra forma de ser, de pensar y de vivir.
Cada día se hace más común escuchar reclamos en muchos sectores de la sociedad por las diversas situaciones que se presentan, por lo que muchos podrán creer que al permanecer en un estado de queja continuo, se encontrará la solución a los problemas.
Vivir en una actitud de constante reclamo, nunca será un camino eficaz para superar adversidades, antes bien, provocará el aumento en el malestar y hará que sea mayor el incremento de los problemas. Por lo que el llamado que Cristo nos hace en este tiempo de reflexión Pascual, es una clara invitación a cambiar nuestras actitudes negativas y de rechazo, en actitudes de escucha y de apertura al cambio.
Es necesario que no huyamos de los problemas, sino que vayamos a la raíz de los mismos y solo así podremos encontrar, por medio del diálogo y la escucha, la solución que se anhela. Solo al convertirnos en personas con un corazón nuevo, con actitudes nuevas, es como podremos construir los caminos de paz y reconciliación tan necesarios en el mundo de hoy.
Por lo que les invito a que consideremos este tiempo de gracia, como una nueva oportunidad para enderezar el camino, para escucharnos, teniendo una disposición de apertura a lo nuevo, lo que nos llevará a experimentar la vida nueva en la Pascua de Resurrección.