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UN SACERDOTE VA SIEMPRE ACOMPAÑADO EN SU VOCACIÓN

Saludo a todos con inmensa alegría, soy el Padre Julio Leal de la Parroquia Reina de México. Les comparto un poco mi caminar Vocacional en estos 22 años de Sacerdocio.

Vengo de una familia de 9 hermanos donde ocupo el lugar 5; mi papá Don Raúl Leal Guevara (+) y mamá la Sra. María de Jesús Martínez Gámez.

Mi familia desde que les dije que quería ser Sacerdote me apoyaron, y hasta la fecha, pero ahora con muchos sobrinos y hasta sobrinos nietos que Dios nos ha bendecido con una familia muy unida.

Cuando era niño vivíamos en la Colonia Villa Alegre en Monterrey, territorio de San Gerardo María Mayela, el primer día del Catecismo andaba en la cuadra jugando con mis amigos, tenía 6 años apenas, me invitaron a las clases y de inmediato fui a pedirle permiso a mi mamá, que en ese momento se encontraba lavando porque con 9 hermanos siempre andaba muy ocupada, y hasta la fecha. Lleno de alegría fui al catecismo y vi al Padre Elías Vázquez (+) y le dije que yo quería ser como él, Sacerdote, porque aunque era muy pequeño lo había visto muchas veces en las Misas y le dijo a mi hermana Alma “¡te lo encargo!”. Muchos años después nos vimos ya ordenado Sacerdote y le platiqué la anécdota, situación que le dio mucha alegría, posteriormente celebramos una Misa en la calle donde viví de niño y el Padre Elías recordó tantos momentos con los fieles de San Gerardo, que como Buen Pastor siempre los llevó en su corazón. El Padre Elías fue el primer Sacerdote que le manifesté mi deseo de entrar al Seminario.

Otro Sacerdote que le manifesté mi deseo de entrar al Seminario, fue por medio de una carta al entonces Rector del Seminario el Padre Miguel Ángel Alba Díaz a quien conocí por medio del entonces seminarista, el ahora Padre Marco Antonio Alanís Sánchez, el cual me dio todo el apoyo y me hizo la invitación a venir a Misiones ya que vivía en Puebla; al cabo de unos años regresamos a Monterrey.

Sin duda otros Sacerdotes que me impulsaron mucho con su testimonio y apoyo fue el Padre Lupito Galván, ahora Obispo emérito de Torreón, al cual le dije que quería entrar al Seminario, en ese entonces ya vivía en la Colonia Independencia y pertenecía a la Basílica de Guadalupe donde era párroco el Padre Galván; el 10 de Mayo de 1990 me tocó cantar en la Misa del Papa Juan Pablo II ahora San Juan Pablo II y le dije, a lo que me contestó: “primero voy con el Papa y mañana platicamos”, porque el Padre Galván fue el Ceremoniero en esa Misa del Papa, desde entonces nos dio todo el apoyo, ya que fuimos siete seminaristas los que entramos ese año de la Basílica de Guadalupe. Otro Sacerdote que también nos dio todo su apoyo fue el Padre Santiago Cavazos Almaguer que siguió de Párroco en la Basílica al haber sido nombrado Obispo el Padre Galván, y también contamos con todo su apoyo hasta el día de la Ordenación Sacerdotal y hasta la fecha, igual que el apoyo del Señor Obispo Lupito quien estuvo presente en la Ordenación Sacerdotal y en la Canta Misa.

Sin duda también el testimonio del Padre Monseñor Ochoa fue muy importante en mi vocación.

Otro Sacerdote que en ese entonces siendo seminarista me inspiró mucho fue el Padre Fernando Pérez el cual iba de Apostolado a San Pío X.

Mis Padres Formadores de nuestro muy querido Seminario de Monterrey también tuvieron un impacto muy importante en mi Vocación, por mencionar algunos, el Padre Enrique Flores, el padre Charles, el Padre Armando de León, el Padre Jorge Cavazos mi director espiritual ahora Obispo de San Juan de los Lagos, además de otros sacerdotes que me dieron todo su apoyo como el Padre Jorge Rodríguez Moya y su hermano el Padre Modesto Mario; cómo no hablar también del Padre Gustavo Rodríguez Vega ahora Arzobispo de Yucatán que me dieron todo su apoyo; ya de ordenado Sacerdote mis párrocos como Monseñor Miguel Neftalí González en San Alfonso que fue mi primer “Maestro” como dijo el Arzobispo el Cardenal Suárez Rivera (+) que fue quien nos ordenó sacerdotes al enviarnos al Padre Arturo Martínez y a mí, de Vicarios en San Alfonso: el Padre Miguel es Maestro de Párrocos, y en verdad tenía toda la razón. El Padre Paco Gómez ahora Vicario General del cual siempre recibí al igual que el Padre Arturo Mtz todo el apoyo y testimonio Sacerdotal.

En la parroquia de la Merced el Padre Juan Ángel Acosta también un hombre muy entregado y lleno de Dios. En verdad son muchos los Sacerdotes que me han dado ejemplo de entrega en el Ministerio que sería imposible mencionarlos a todos, pero sin duda han impactado mucho mi vida y mi caminar sacerdotal. Cómo no hablar de todos mis hermanos sacerdotes, en especial de mi generación ya que nos ordenamos 21 Sacerdotes el 15 de Agosto de 1998, hace 22 años; de los cuales el Padre Lupito Rodríguez, que éramos de la Basílica de Guadalupe, falleció a los siete años de Ordenado siendo un excelente sacerdote y amigo, también en paz descanse el Padre Mario Tamez, que Dios les dé el premio eterno en el cielo. Les pido una Oración muy especial por mi hermano Sacerdote que está muy delicado el Padre Rogelio Bertaud que a raíz de un accidente está en la Casa Sacerdotal.

Es muy importante mencionar a las Parroquias que son auténticas escuelas para nosotros los sacerdotes con el Testimonio de muchos fieles.

Parroquia San Alfonso María de Ligorio, Parroquia Nuestra Señora de La Merced, Parroquia Sagrado Corazón de Jesús en el Cercado, Parroquia San Juan Nepomuceno y ahora la Parroquia Reina de México donde actualmente soy el párroco por encargo del Sr. Arzobispo Don Rogelio Cabrera López, y comparto el ministerio con el Padre Everardo, Vicario en Reina de México.

Quiero con estas palabras animar a los jóvenes a responder al llamado de Cristo en la Vocación Sacerdotal teniendo a la Virgen de Guadalupe la “Reina de México” como intercesora.

“Hagan lo que ÉL les diga” Jn 2,5

“Tú puedes ser Sacerdote”

“Ven y responde”

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Escrito por

Coordinadora de Relaciones en Equipo Pastoral Siglo XXI Lic. Ciencias de la Comunicación.

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