Kenia (www.pastoralsiglo21.org) 25 de junio del 2018.- El pbro. Paul Ogalo había estado usando música rapera para atraer a los jóvenes a la Iglesia y dar mensajes contra las drogas y a favor de la justicia social, pero fue suspendido por indisciplina.
Después de misa, el sacerdote se cambiaba su vestuario litúrgico y se ponía una camiseta blanca, shorts negros, un paliacate rojo y empezaba a rapear para los fieles, quienes bailaban al ritmo de la música dentro del templo, reportó The Catholic Herald.
“Necesitamos cambiar la manera en que hacemos las cosas”, decía el padre Ogalo.
Sin embargo, los obispos de la diócesis han rechazado estas prácticas por ser contrarias a la doctrina de la Iglesia.
El padre Charles Kochiel, vicario judicial del Tribunal Interdiocesano de Kisumu, le dijo al padre Ogalo que su suspensión tiene una duración de un año con el objetivo de que reconsiderara la manera en que estaba ejerciendo su ministerio.
“Hay maneras de hacer las cosas. Hay cosas que la Iglesia promueve en la sociedad. Si mezclamos lo que lo que hace el mundo secular con la lglesia, la gente va a leer un mensaje distinto”, agregó.
“Esto puede verse desde el punto de vista social de atraer gente y entretenerla, pero desde el punto de vista spiritual ¿promueve los valores espirituales o está enviando un mensaje equivocado?”.
En un momento en el que abundan sacerdotes bailando durante la misa, drones que sostienen la custodia con el Santísimo, bailarines comparsa durante la misa, “misas Coldplay” y bodas estilo Harry Potter, esta suspensión reafirma que solamente la Iglesia ofrece lo que el mundo no puede ofrecer, pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se le volverá a salar?