Ciudad del Vaticano (www.pastoralsiglo21.org) 12 de Junio del 2018 .- Ser sal y luz para los otros, sin atribuirse méritos. Es éste el “simple testimonio habitual”, la “santidad de todos los días”, a la que está llamado el cristiano. Lo subraya el Papa esta mañana, en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta. El testimonio más grande del cristiano es dar la vida como lo hizo Jesús, es decir, el martirio, pero hay también otro testimonio: aquel de todos los días, que inicia por la mañana, cuando nos despertamos, y termina por la noche, cuando nos vamos a dormir.
“Parece poca cosa” pero el Señor “con pocas cosas nuestras hace milagros, hace maravillas”, nota el Santo Padre. Por lo tanto, es necesario tener esta actitud de “humildad” que consiste en buscar solamente ser sal y luz:
La santidad de todos los días
“No somos protagonistas de nuestros méritos”, subraya nuevamente el Papa al concluir. Por lo tanto, no se debe hacer como el fariseo que agradece al Señor pensando que es santo:
Y una linda oración para todos nosotros, al final del día, sería preguntarse:
“¿He sido sal hoy?” “¿He sido luz hoy?” Ésta es la santidad de todos los días. Que el Señor nos ayude a entender esto.
Con información de: Vatican News