Desde el 31 de mayo del 2017, cuando mi esposa Emilia me dio la gran noticia de que seríamos padres, y más aún cuando nació Mariajosé el 20 de enero de 2018, mi vida cambió 360 grados entrando a una montaña rusa de nuevas emociones, experiencias y sensaciones que nunca me habría imaginado vivir, todas ellas muy hermosas.
Siempre mis padres me dijeron: “Espérate a que tengas a tus hijos” y hoy empiezo a entender lo que esa frase significa… amor. Hoy les quiero contar mi experiencia de fe y vida de lo que este acontecimiento ha traído a mi vida.
Me ha llamado la atención la vida de San José, el “santo del silencio”, quien tuvo la enorme responsabilidad de criar al hijo de Dios, enseñándole con obras, fe y amor. Es cierto que al inicio tuvo miedo, sin embargo, Dios le dio la fortaleza necesaria para sacar adelante a su familia, María y Jesús.
Hoy que, gracias a Dios, disfrutamos del don de la vida de nuestra hija y a mí se me ha otorgado esta gran bendición y responsabilidad de ser papá, reflexiono acerca del rol de san José en la formación de Jesús. Al igual que San José, también experimenté una sensación de incertidumbre y nerviosismo, pero también de gozo y emoción.
Conforme fueron pasando los meses, sentí cómo la presencia de Dios se manifestaba en mi vida y me daba la confianza y tranquilidad necesaria para poder cuidar y acompañar a mi esposa. Le pedía a Dios primeramente por la salud y desarrollo de la niña y posteriormente por nosotros como padres, para que nos ayudara a formar un hogar con mucho amor y que pudiéramos ser unos buenos padres para ella.
Ya con sus primeros cuatro meses de vida, Mariajosé me ha enseñado mucho más a mí que yo a ella. Entre otras cosas, quisiera resaltar tres: el amor, todo gira en torno a él. Después del amor viene la responsabilidad, en la que mis esfuerzos se enfocan en que no le falte nada a ella, que no le falte mi cariño, mi tiempo, mi amor, mi disposición por querer verla crecer y disfrutar cada etapa de su vida. Y finalmente la fe, que depositamos en Dios para que nos asista en cada momento y podamos transmitirla con nuestra vida a Mariajosé.
Todos los días han sido diferentes, crece rápido, aprende cosas nuevas, tiene más fuerza, descubre el mundo, ya nos identifica a su papá y mamá. Todos los días nos enamoramos de ella y disfrutamos cada momento que pasamos juntos. Nos interesa mucho que crezca en un entorno de amor y felicidad y constantemente le decimos que la amamos y se lo demostramos.
Pienso en mi vida y en lo feliz que soy, porque tengo la dicha de contar con mi papá, quien con su ejemplo me ha enseñado a ser un hombre con valores y en trabajar para que no falte lo necesario en casa.
Le doy gracias a Dios por darme este maravilloso regalo y darnos la oportunidad de ser co-creadores de vida y le pido que me permita ser un papá como san José, quien sepa amar y cuidar a mi hija, pero que también me ayude a educarla y prepararla con fe ante las adversidades que en la sociedad y en el mundo actual se presentan.
Daniel Castillo
Mesa Directiva de Proyección Cultural, A. C .
Lic. En Comunicación y Desarrollo Organizacional Maestro en Métodos Alternos en Solución de Conflictos.