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QUEMAN IGLESIAS EN CANADÁ

(Imagen cortesía)

Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 6 de julio del 2021

Al menos cuatro iglesias ya han sido quemadas o destruidas en la región de Okanagan, Columbia Británica, Canadá, tras el descubrimiento de los cuerpos de unos 215 niños indígenas, en un centro administrado por la Iglesia Católica durante el siglo pasado.

En algunos medios se ha hecho pensar que la Iglesia es la culpable de las muertes de esos 215 menores de edad. Sin embargo, no se trata de ningún exterminio indígena, como lo han querido hacer ver.

En 1920 el gobierno canadiense ordenó la asistencia obligatoria de los menores indígenas a las escuelas. A fin de asegurar la asistencia a clases, se ordenó que los menores indígenas fueran llevados a vivir en residencias administradas, ya fuera por la Iglesia Católica, o por otras confesiones cristianas. De manera que no fue la Iglesia Católica, ni las iglesias protestantes, las que arrancaron a esos niños indígenas de sus hogares.

Los resultados de los estudios realizados señala que la causa de muerte de estos niños indígenas se debió a diversas enfermedades, como viruela o sarampión. La mayoría de ellos por tuberculosis. Otros por hipotermia, desnutrición. Sin embargo encuestas recientes muestra que el 66% de los canadienses considera que las instituciones religiosas que gestionaban las residencias son responsables.

Por tratarse de indígenas, no tenían derecho a recibir sepultura en los cementerios, de acuerdo con disposiciones del gobierno canadiense de ese entonces.

Son cosas que acontecieron hace un siglo, cuando había pocos recursos como vacunas, alimentos, medicamentos, medios de transporte. Y estamos hablando de Canadá, que tiene inviernos muy crudos y prolongados.

Estos incendios del presente, suceden en un contexto importante a considerar. A finales de junio de 2021 vence el plazo para que se presenten diversas iniciativas. Entre las que se encuentran las iniciativas de ley sobre la aprobación de leyes indigenistas como la Ley C15 por la cual se sustrae de la soberanía del país a las poblaciones indígenas. Esa es una política impulsada por la ONU para un objetivo muy sencillo y que no es el de proteger al indígena: posibilitar que las empresas entren directamente, y sin mediación del estado, en contacto con la población autóctona sustraída del poder del gobierno del país para poder quitarles sin trabas sus tierras a través de “proyectos” que explotan la biodiversidad, minerales o petróleo. Después de todo eso es más sencillo que hacerlo por medio de las instancias gubernamentales y toda su burocracia.

La otra iniciativa es la Ley C5 que busca crear un nuevo feriado por el que se benefician, sobre todo, los políticos teniendo como pretexto la “opresión indígena”. O en otras palabras: un feriado para que los políticos no trabajen a través de la manipulación emocional pues si te opones te tachan de racista. E igual hasta te echan del partido, como le sucedió a una senadora expulsada del Partido Conservador por no seguir la ideología indigenista en enero de 2021. Los únicos que la defendieron fueron… los indígenas.

El Papa Francisco, no obstante, quiso pronunciarse sobre los hechos en su alocución al final del rezo de la oración mariana del Ángelus el domingo 6 de junio. Dijo:

“Sigo con dolor las noticias procedentes de Canadá sobre el espantoso descubrimiento de los restos de 215 niños, alumnos del Kamloops Indian Residential School, en la provincia de Columbia Británica. Me uno a los obispos canadienses y a toda la Iglesia católica de Canadá para expresar mi cercanía al pueblo canadiense, traumatizado por esta impactante noticia. El triste descubrimiento aumenta nuestra conciencia del dolor y el sufrimiento del pasado. Las autoridades políticas y religiosas de Canadá sigan colaborando con determinación para esclarecer este triste suceso y comprometiéndose humildemente en un camino de reconciliación y sanación”.

“Estos tiempos difíciles son un fuerte llamado para que todos nos alejemos del modelo colonizador y también de las colonizaciones ideológicas de hoy, y para que caminemos juntos en el diálogo, el respeto mutuo y el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todas las hijas e hijos de Canadá. Encomendamos al Señor las almas de todos los niños que murieron en los internados de Canadá y rezamos por las familias y comunidades nativas canadienses sumidas en el dolor. Recemos en silencio”.

Los obispos católicos de Canadá, días antes, ya se habían pronunciado al respecto (véase el comunicado en lengua inglesa), y de hecho el Papa mismo en sus palabras se pone en continuidad con lo dicho por ellos.

Nota realizada con información de diversos medios y análisis del padre Jorge Enrique Mújica.

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