“El Espíritu Santo, nos hace comprender en plenitud e induce a actuar concretamente las enseñanzas de Jesús. Y justamente esta es también la misión de la Iglesia, que la realiza a través de un preciso estilo de vida, caracterizado por algunas exigencias: la fe en el Señor y la observancia de su Palabra; la docilidad a la acción del Espíritu, que hace continuamente vivo y presente al Señor Resucitado; la acogida de su paz y el testimonio rendido a ella con una actitud de apertura y de encuentro con el otro”. Lo dijo el Papa Francisco en mayo del 2019 en ocasión de la recitación de la oración mariana del Regina Caeli.
Sabemos que cada grupo tiene una estructura, un carisma, una guía o plan pastoral que ayuda a vivir las enseñanzas, la misión y exigencias que el Señor pide. Hoy quisiera proponer siete elementos que pudieran ayudarnos a tener mejores grupos, comunidades, pastorales, parroquias, que ayuden a vivir la misión que el Señor les ha encomendado: Eficiencia, transparencia, ingenio, pasión, innovación, verdad y confianza.
Eficiencia: es la capacidad para realizar o cumplir adecuadamente una función, popularmente decimos que la eficiencia es “hacer más con menos”. Muchas veces son pocos los recursos con los que contamos, sin embargo hay que valorarlos, cuidarlos y sacar el mejor provecho.
Transparencia: nos ayuda a no caer en prácticas corruptas, a no ocultar, sino comunicarnos de manera transparente y auténtica. Cuando un grupo en la Iglesia o en cualquier institución no se maneja con transparencia empieza un grave peligro y decadencia.
Ingenio: predispone a las personas a vivir y a pensar de una manera original, el ingenio lleva a las personas a arrancar de raíz todo temor a lo desconocido, a sus prejuicios, a la aversión al riesgo. San Ignacio de Loyola lo llamaba: «vivir con un pie levantado».
Innovación: es la invitación a tener nuevas ideas y nuevas prácticas, por el contrario la rigidez impide el crecimiento y una acción misionera que atienda los nuevos retos. Que triste es escuchar que alguien en un grupo se niegue al cambio diciendo “Es que aquí siempre lo hemos hecho así”. Es importante “leer los signos de los tiempos” con los ojos de la fe y la luz del Espíritu Santo.
Pasión: Más allá de la eficiencia es la pasión por hacer lo que no podemos dejar de hacer. Pasión por el Evangelio, pasión por los pobres y alejados, pasión por la vivencia de la fe, la esperanza y la caridad.
Verdad: La Verdad con mayúsculas no es una idea que nosotros nos hacemos o consensuamos, sino una persona con la que nos encontramos. Cristo es la Verdad, que se ha hecho carne. Y el Espíritu Santo hace posible que lo reconozcamos y lo confesemos como Señor. La Verdad estamos llamados a vivirla día a día, buscando adecuar siempre nuestro intelecto a la realidad, más allá de nuestras limitadas visiones. Estamos llamados a evitar a toda costa la mentira que destruye el interior y divide el exterior
Confianza: Hoy más que nunca nos urgen organizaciones confiables, pero solo lo lograremos si somos personas dignas de confianza, viviendo la honestidad, respeto y siendo propositivos. Confianza que transmitiremos si nosotros confiamos plenamente en Dios.
No resulta tan fácil dar las respuestas ante el proceso de secularización en un mundo tan cambiante y lleno de retos, pero siendo dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo y mirando siempre a Jesús, pondremos nuestro granito de arena para responder a la misión que el Señor nos ha llamado.
Lic. En Comunicación y Desarrollo Organizacional Maestro en Métodos Alternos en Solución de Conflictos.