Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 13 de junio 2019. “San Antonio fue un gran santo, un gran predicador, un taumaturgo, un hombre que hizo muchos milagros en vida como ningún otro, pero sobre todo llevó a Cristo a los demás”, señaló el Arzobispo de Monterrey durante la Santa Misa en la Parroquia de San Antonio de Padua.
“¿Saben por qué siempre se le pide a San Antonio un buen marido?”, cuestionó Mons. Rogelio, “porque siempre se preocupo por los matrimonios, vio tristeza cuantos hombres abusivos golpeaban su mujer y él dijo esto no puede ser, el hombre debe de amar a su esposa y la esposa tiene que amar a su marido”.
“Por eso cuando oía o sabía de algún matrimonio que andaba en conflicto, él iba personalmente a platicar con ellos. ¡Y que milagro!, hombres furiosos, casi como bestias, les cambiaba el corazón, por el poder de la palabra, por el poder de Jesucristo, porque estaba convencido de que Cristo intercede por sus hijos, de que intercede por el pueblo de Dios”, añadió.
“Hoy agradezcamos a Jesucristo que quizo compartir su sacerdocio con muchos de nosotros, nadie por mérito propio, nadie porque lo merezca, sino por un regalo de Jesús”.
“Nosotros estamos para entregarles la eucaristía, el sacerdote sea bueno o no sea tan bueno, de todos modos Cristo, el Espíritu Santo actúa a través de él”.
Finalmente, el Arzobispo agregó: “San Antonio siempre puso enfrente de la consideración del pueblo a Cristo que nace, a Cristo que sufre a Cristo que da la vida por nosotros.
Lic. En Comunicación y Desarrollo Organizacional Maestro en Métodos Alternos en Solución de Conflictos.