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PARROQUIAS ANTIGUAS. PARROQUIA DE CADEREYTA JIMÉNEZ, N. L.

En los tres meses anteriores hemos presentado una introducción a la historia de la parroquia de san Juan Bautista de Cadereyta, desde sus inicios hasta los últimos años del siglo XIX.

Para cerrar esta serie de artículos, ahora comentaremos unos pocos documentos que existen del siglo XX en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Monterrey (AHAM) y en este mismo artículo concluimos esta serie de escritos con algunas notas acerca de su rico patrimonio histórico y cultural.

REVOLUCIÓN MEXICANA

En distintos documentos parroquiales se menciona que los archivos sufrieron daños en la Revolución Mexicana, así por ejemplo en un documento de 1922 se deja constancia del matrimonio de Luis y María quienes contrajeron matrimonio en 1902 pero se señala que la constancia original en los libros parroquiales “fue destrozada por los revolucionarios carrancistas”; de igual manera en el inventario de 1920 se anota lo siguiente acerca del archivo parroquial “fue destruido la mayor parte en el año 1914 y 1915”.

1920 INVENTARIO

Hace poco más de un siglo se elaboró un inventario cuando el padre Jesús Galindo dejó la parroquia a cargo del padre Job de la Soledad García Gil. En este documento del AHAM se retrata detalladamente la parroquia, comenzando por un dato acerca de la cúpula “majestuosa cúpula de jarros de barro” esto indica que los jarros fueron utilizados como aligerante el cual era un método constructivo, en aquel entonces usado en otras iglesias de la región; además se menciona que el piso del templo era de madera y que había en total 5 altares “de piedra de cantera”, además un “púlpito con escalera de madera” y también menciona que había dos pilas de agua bendita “con sus lebrillos de talavera”, este último dato es toda una curiosidad en esta región del país.

La parroquia tenía dos sacristías de bóveda con “suelos de tipichil”, el tipichil es un tipo de cemento antiguo. En la torre norte se menciona la presencia de 3 campanas y dos esquilas. Otro dato interesante es este: “las imágenes pintadas tanto en lienzo como en papel son antiquísimas y están en mal estado”, por último, subrayamos que el inventario menciona “un órgano armonio en regular estado”.

DOS INVENTARIOS POSTERIORES

A la salida del padre Job de la Soledad se realizó un inventario, pero prácticamente se usó el texto de 1920 realizando algunos pocos ajustes en su redacción sólo con algunos cambios como por ejemplo los siguientes: el piso del templo ya no es de madera sino de mosaico, de igual manera en las dos sacristías, ya no habla de cinco altares sino sólo de tres y las pilas con talavera ya no son mencionadas, probablemente en este tiempo fueron retiradas.

En 1949 hay nuevamente cambio de párroco y nuevamente se vuelven a utilizar como base para el inventario anterior, basado a su vez en el de 1920; en el más reciente casi no se modifica el contenido del documento.

Concluimos así el recorrido histórico que comenzamos hace tres meses para centrarnos ahora en otro muy interesante tema de esta parroquia:

EL PATRIMONIO PARROQUIAL

El patrimonio de esta parroquia es uno de los más interesantes, abundantes y variados de la Arquidiócesis. Algunas piezas ya las hemos ido mencionando en esta serie de artículos como por ejemplo la hermosa custodia de san Juan Bautista. En artículos anteriores en este mismo periódico Pastoral Siglo XXI ya hemos presentado algunos artículos de algunas piezas del patrimonio parroquial, así en el año 2012 ya habíamos publicado un artículo acerca de una casulla que perteneció al padre Cacho de la Ciudad de México y que se conserva en esta parroquia; en el año de 2016 ya presentamos también un artículo del interesante mural que en el ábside retrata un pasaje del Apocalipsis.

Mucho pudiéramos escribir del patrimonio de sus ornamentos, piezas de orfebrería, campanas, etc. pero centremos nuestra atención en unas joyas que casi pasan desapercibidas o al menos no han sido justamente valoradas: los murales del presbiterio; especialmente fijemos nuestra atención en los que están al sur y al norte del altar.

Estos murales son realmente maravillosos, pero no porque sean una obra artística académica hechas por un pincel aclamado sino por el contrario: por lo popular, lo ingenuo y hasta por sus deficiencias que realmente los hacen muy valiosos.

Comencemos por las temáticas que básicamente son dos: san Juan Bautista niño y adulto, lo más lógico es que las temáticas hubiesen sido un muro para la infancia y otro para la madurez, pero el pintor destinó ambos muros para las dos temáticas.

Comenzando por el muro norte de poniente a oriente y avanzando en el sentido de las manecillas del reloj los temas son los siguientes: Visión de Zacarías, la predicación de san Juan, la visitación de María a su prima santa Isabel y continuando en el siguiente muro: la muerte de san Juan bautista, la circuncisión de san Juan y por último la entrega de la cabeza de san Juan degollado después de un baile.

Subrayemos algunos detalles de estos deliciosos murales, así por ejemplo en la escena de la visitación se encuentran representadas dos vides que simbolizan a María y a su prima Isabel, pero lo más peculiar es que en la escena está el Sr. San José, algunos comentaristas de arte cristiano mencionan que en ocasiones se le incluía siguiendo la costumbre de que las mujeres no viajaban solas y él debió acompañarla, pero este dato no se menciona en el evangelio.

En el muro sur, en medio, encontramos la escena de la circuncisión de san Juan, el mural es acompañado por una cita bíblica pero esa cita no corresponde a esa escena sino al momento en que Zacarías tiene la visión ya antes mencionada y representada en el muro opuesto. Para completar la curiosidad de la escena, san Juan antes de ser circuncidado con unas tijeras ahí representadas porta en sus pequeñas manos una crucecita indicando que él será el precursor del Salvador.

Realmente estos murales, de los cuales desconocemos cuándo fueron realizados y quién los hizo, son una delicia por su ingenuidad popular.

Mucho restaría escribir de la historia de esta parroquia, pero para concluir esta serie de artículos creo conveniente incluir una breve nota acerca de un grupo laical.

LAS SOCIAS DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

En el año 2020 este grupo, según su misma cronología, cumplió 227, este dato llevaría su inicio al año 1793 lo cual seguramente lo convierte en el grupo laical más antiguo de la Arquidiócesis de Monterrey, y llega a esa edad con 150 socias lo cual nos habla de que está lejos de ser un grupo decadente sino todo lo contrario.

En algunas de las visitas de los obispos a Cadereyta el grupo es mencionado, así en 1870 en la visita del Sr. Verea se le menciona, en aquel entonces, con algunos problemas que deben ser vigilados atentamente por el párroco: “Será el objeto de una continua vigilancia para el cura, quien (…) procurará levantarla del estrado de postración en que se encuentra, estableciendo también la velación de los hombres”; años más tarde en 1890 en el acta de la visita del Sr. Jacinto López se hace esta mención de la entonces llamada Cofradía de la Vela Perpetua “erigida en esta parroquia, según los informes del Cura hace cuarenta y dos años”; aunque hay una enorme diferencia entre la fecha que las socias manejan hoy de haber sido fundadas en 1793 y si el dato que en aquel entonces, 1890, mencionó el párroco, de cualquier manera estamos hablando de una agrupación laical sin igual por su antigüedad en toda la Arquidiócesis.     

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