Rabat (www.pastoralsiglo21.org) 30 de marzo del 2019.- El Papa Francisco se encontró con un grupo de refugiados del norte de África, y se refiirió a ellos como «quienes llevan las marcas de Cristo», en «ellos, el Señor se estremece de frío y de soledad. En ellos está presente Cristo. Todos esperamos encontrar en sus palabras luz de fe para orientarnos, para no desfallecer en el camino. Gracias por amar».
Durante su visita a la sede de Cáritas, el Pontífice dijo que la migración es ruptura, una herida que clama al cielo, “por eso no queremos que nuestra palabra sea la indiferencia y el silencio”.
Agregó que son muchos millones los refugiados y los demás migrantes forzados que piden la protección internacional, sin contar a las víctimas de la trata y de las nuevas formas de esclavitud en manos de organizaciones criminales.
El Papa pidió no olvidar que el progreso de nuestros pueblos no puede medirse únicamente por el desarrollo tecnológico o económico, porque qué desierta e inhóspita se vuelve una ciudad cuando pierde la capacidad de compasión. “Una sociedad sin corazón… una madre estéril. Ustedes no están marginados, están en el centro del corazón de la Iglesia”.