La mayoría de los cuadros y pinturas de los siglos XVII, XVIII y XIX que nos presentan la imagen de nuestra Patroncita del cielo tienen en su parte inferior una leyenda o expresión en latín que dice así: “NON FECIT TALITER OMNI NATIONI”. Esta frase es tomada del salmo 147, que hace referencia al pueblo de Israel, pues en verdad, Dios no hizo con otra nación cosa igual, desde el llamado a Abraham hasta la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, Dios no actuó con otro pueblo como lo hizo con el pueblo escogido.
Solo hay otra Nación en la que se puede aplicar la misma frase: México. El acontecimiento Guadalupano viene a ser la plenitud de todo lo que el Señor fue haciendo en los pueblos prehispánicos a lo largo de los siglos. La presencia del Hijo de Dios en el vientre purísimo de Santa María de Guadalupe, con todo lo que implica el mensaje y la estampación de la imagen bendita de Nuestra Señora del cielo, ha llevado a muchos autores a retomar el salmo 147 y decir: “hay otro pueblo merecedor de esta expresión”.
La frase del salmo 147 versículo 20 ya venía utilizándose antes 1754 en referencia a la Imagen de Santa María de Guadalupe. El Papa Benedicto XVI al pronunciarla le vino a darle un nuevo sentido y una mayor fuerza a lo dicho por sacerdotes y obispos en México.
El Padre Juan Robles, jesuita, el 12 de diciembre de 1681, predicó en la iglesia de la Congregación de Nuestra Señora de Guadalupe, en Querétaro. Su sermón se imprimió y en una parte se lee “el insigne artífice Cornelio Calle, en la lámina que abrió el año pasado de 1680, puso por carta de una bellísima estampa de Nuestra Señora De Guadalupe las palabras del Salmo 147: ” NON FECIT TALITER OMNI NATIONI”
El Padre Francisco Florencia, en su libro “Estrella del Norte” cap. X, párrafo 3, escrita en 1688 dice: “Sólo México, se alza por privilegio especial de la sagrada imagen con el blasón singular, “NON FECIT TALITER OMNI NATIONI”.
Existe una obra titulada “el mayor de los pensamientos distribuidos en doce consideraciones útiles de la nobleza, hermosura y otras dotes del alma racional”, escrita en toscano por el padre Juan Piamonto, jesuita; traducida al latín por otro jesuita; en romance por el Padre Domingo de Quiroga, también de la compañía de Jesús y los consagra a la Santísima Virgen de Guadalupe, con licencia de sus superiores; en México, por Joseph Bernardo de Hogalen, en 1728. Beristain menciona que después de la portada tiene, en hoja aparte, la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, una lamina labrada que dice en la parte inferior la frase “NON FECIT TALITER OMNI NATIONI” y quien labró la imagen fue el artista “Joaquín Sotomayor”.
En 1729 el Padre Juan Carnero, también jesuita, publicó un libro titulado. “La Octava Maravilla y el Segundo Milagro de México, perpetrado en las rosas de Guadalupe”, en este libro aparece la frase tan mencionada. Al reproducirse este libro en el “Álbum Guadalupano” también aparece esta lámina.
Existe un sermón dicho en 1743 impreso en 1744, dicho por el Dr. y maestro Don Bartolomé Felipe de Ita, donde este sermón, al imprimirse se acompañó de una lámina con la expresión: NON FECIT TALITER OMNI NATIONI.
En el archivo de la antigua Universidad que se conserva en la Biblioteca Nacional, en el tomo 17, páginas 1747 a 1752, se encuentra un comité impreso para el acto de Don Juan Gutiérrez de León, que se verificó en diciembre 9 de 1748, a fin de obtener el grado académico. En dicho comité está la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe con la expresión latina NON FECIT TALITER OMNI NATIONI. En ese año, el padre López y la demás comitiva aún no iban a Roma con el Papa.
Hay 2 escritores, contemporáneos del Padre López (quien estuvo con el Papa Benedicto XIV en 1754), contemporáneos de él, incluso, uno de ellos, su discípulo que también utilizaban esta expresión. En sus sermones: el Padre Cayetano Antonio de Torres, quien predicó en la iglesia Metropolitana de México hizo mención de esta frase del salmo 147.
El Padre Sancho Reinoso, quien predicó en San Luis de La Paz, en Guanajuato, haciendo alusión al salmo 147 como obra del rey David, menciona las medallas acuñadas por el Padre Florencia cerca del año 1669 con la inscripción NON FECIT TALITER OMNI NATIONI.
Entre 1735 y 1795 muchos predicadores utilizaron en sus sermones esta expresión del salmo 147: Fray Andrés de la Trinidad Muñoz Pardo y Valderas, Diaz de Alcántara, entre otros, resaltaron el amor de nuestra Señora de Guadalupe al pueblo mexicano.
Fue Fray Antonio López Murto, quien el 7 de mayo de 1791 en San Luis Potosí, en su sermón, menciona que el Papa Benedicto XIV, de feliz memoria, citó esta parte del salmo y que este Papa, quien murió en 1758 sólo a Santa María de Guadalupe dedicó esta frase y a ninguna otra advocación más. Ningún sucesor la ha vuelto a utilizar en otra aparición mariana hasta la fecha.
Continuará….