Por Luis Donaldo Gonzรกlez Pacheco
El pasado 27 de enero se conmemorรณ el 76 aniversario de la liberaciรณn de Auschwitz, sumado a las dos grandes guerras y otros conflictos bรฉlicos, es uno de los acontecimientos mรกs horrorosos, detestables y vergonzosos de la primera mitad del siglo pasado.
Estoy convencido de que el exterminio judรญo ha de doler en el corazรณn de la humanidad: hombres matando hombres porque sรญโฆ como si fueran animales, como si su vida no valiera, como si su dignidad no existiera.
Su impacto fue tan alto que al mundo le costรณ -y le sigue costando- muchรญsimo asimilar y aceptar que esto pudiera llegar a pasar.
El siglo pasado puso de manifiesto cuan ruin e inmisericorde puede llegar a ser el corazรณn corrompido del ser humano.
๐๐ฅ ๐๐จ๐ฅ๐จ๐ซ ๐ฌ๐ข๐ ๐ฎ๐
Esta semana tambiรฉn se dio a conocer el hallazgo de 19 migrantes calcinados en Santa Anita, municipio de Camargo, Tamaulipas (a unos 240 km de los dos Laredos). Una masacre que no puedo no sumar a otras acontecidas contra migrantes como la de San Fernando (Tamaulipas) en 2010 o la de Cadereyta (Nuevo Leรณn) en 2012.
Esto, sin duda, se suma al constante dolor y muerte de las รบltimas dรฉcadas en Estados Unidos y Mรฉxico. Muerte que a veces se da en masacres de gran nรบmero y otras veces en masacres โpequeรฑasโ o masacres โpor partesโ o โde a poquitoโ (como el aborto)โฆ pero todas, en suma, dejan vidas truncadas, familias rotas, sociedades lastimadas y corazones heridos. Todas en general son razรณn de vergรผenza y horror para cada sociedad y para toda la humanidad.
๐๐ง๐ฆ๐ฎ๐ง๐๐ฌ ๐๐ฅ ๐๐จ๐ฅ๐จ๐ซ
Ante tanto dolor, lo peor que podemos hacer como sociedad y como ciudadanos es acostumbrarnos a vivir con รฉl, es decir, hacer como que no pasa nada.
Cierto es que puede ser la receta mรกs fรกcil, pues si se quiere y mientras no nos implique directamente, es posible โser inmunesโ a los estragos de la injusticia y ser indiferentes ante el dolor de quienes sufren.
Acostumbrarnos a vivir de esta forma es acostumbrarnos a vivir mal. Es acostumbrarnos a vivir egoรญstamente, es decir, vivir solo para sรญ.
โNormalizarโ el dolor arbitrario es no aprender de los horrores que han acontecido en la historia, y no aprender de la historia es condenarnos a cometer los mismos errores.
No podemos acostumbrarnos a la injusticia, al dolor y a la muerte evitable. Les aseguro que Dios, en esto, estรก de mi lado.
Rezo por las familias de los 19 migrantes que encontraron esta semana. Rezo tambiรฉn por que las autoridades hagan su trabajo. Y, sin duda, rezo porque no nos acostumbremos ni a un corazรณn corrompido, incapaz de reconocer la dignidad del prรณjimo ni de conmoverse frente al que sufre; ni a vivir entre el horror como si fuera normal.
โFui forastero y me acogieronโฆ todo cuanto hicieron con estos hermanos mรญos a mi me lo hicieronโ (Jesรบs)
ย
