(www.pastoralsiglo21.org) (20 de junio del 2018.- Si hubo algo que unió al mundo en repudio fue la política de separar a los niños de sus padres migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, pero la oración y las voces que se alzaron por todas partes del mundo se convirtieron en la fuerza que logró, en tan solo unas horas, que el presidente Donald Trump diera marcha atrás a su cuestionada política.
Lo que desencadenó todo fue que se dieran a conocer públicamente audios y fotografías de las condiciones en las que mantenían a los niños, pues la política ya venía poniéndose en práctica desde abril y, aunque en menor medida, también se implemento durante la administración del ex-presidente Obama.
Este es un ejemplo del alcance y repercusión de lo que los medios de comunicación y las redes sociales pueden lograr: dar a conocer injusticias graves y buscar el bien social. Unas horas bastaron. La condena fue unánime.
Ahora los niños podrán permanecer con sus padres en los centros de detención, sin embargo, la tolerancia cero con los inmigrantes se mantendrá y tener a niños en la cárcel tampoco es una solución. Habrá que mantenerse alertas.