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«LLAMADOS A COMPARTIR LA LUZ QUE VIENE DE JESÚS» ARZOBISPO DE MONTERREY

Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 03 de febrero del 2022

La noche de ayer 02 de febrero, se dieron cita en la Basílica de Guadalupe de la Col. Independencia, hermanos y hermanas de la Vida Consagrada en Monterrey para celebrar su día, en la santa misa presidida por Mons. Rogelio Cabrera López.

Esta celebración se llevó a cabo en el marco de la fiesta de la Presentación del Señor, conocida tradicionalmente como el día de la Candelaria, que hacer referencia al signo de la luz en la vida de la Iglesia.

En esta semana se han llevado a cabo conferencias que giran en torno a vida consagrada y la sinodalidad, por lo que Mons. Rogelio aprovechó para dirigir unas palabras:

«Hablar de Sinodalidad no es hablar de un pacto entre nosotros para perdonarnos y animarnos a ir juntos, ahora sí vamos a ser amigos, ahora sí vamos a ser hermanos, no, la sinodalidad es un don y una tarea, pero ante todo es un don y ese don es Jesucristo, él es la luz que ilumina el camino, sin él no podemos saber a dónde vamos, todo se extravía; él nos acompaña como, dice uno de los Salmos «su palabra es lámpara para nuestros pasos» y el mismo San Juan, en su primera carta invitando a la caridad dice: «El que no ama camina en las tinieblas y tropieza, el que ama puede percibir la luz, la luz que es Cristo».

Después dirigió un mensaje a los miembros de la vida consagrada invitándolos a ser amigos y hermanos en sus comunidades:

«Hermanas y hermanos, con mucha esperanza y con mucho gozo interior miramos a Cristo nuestro hermano, fíjense, le pertenecemos, somos consanguíneos suyos, hijos de un mismo Papá, que gran regalo. No se avergüencen de que ustedes sean sus hermanas, de que yo sea su hermano, no lo merezco, ustedes tampoco, pero ahí está el derroche de amor y generosidad, y hoy volteamos también a mirar a la familia de Nazareth, porque Él quiso que ella también fuera nuestra madre».

«Somos consanguíneos también de María, lo dijo en la cruz, se lo dijó a Juan «ahí está tu hijo, a él le dijó ahí está tu mamá». Esa es la belleza de esta fiesta, pero también la vocación que el Señor les ha regalado como consagradas, como consagrados, estamos llamados a compartir la luz que viene de Jesús, compartir este sentido de pertenencia a Dios”.

Asimismo, hizo referencia a un comentario que el Papa Francisco hizo sobre el tema de las vocaciones:

“Dijo «es un cuento chino que no hay vocaciones, sí hay vocaciones, pero hoy muchos y muchas no pueden ver» hay confusión, necesitan la lámpara para sus pasos, necesitan la luz que viene de Jesucristo, necesitan el amor que viene de María y de su Iglesia, necesitan de un espíritu más humano, fraterno y amistoso”.

«Les invito a vivirlo en comunidad, como un regalo de Dios y como una tarea, cada comunidad de vida consagrada tiene que ser una comunidad de amigos y de amigas de Jesús, hermanas y hermanos de Jesús, si es así, brillará la luz de Cristo, porque dónde hay amor hay Luz, donde hay rencor, división y pleitos, se oculta del sol y no se puede mirar nada».

«Gracias a todas a todos por ser mis hermanos y mis hermanas, y esta Iglesia de Monterrey tiene vocación como toda Iglesia de ser una familia, una familia en la que en el centro está Cristo y con Él el Padre y el Espíritu Santo, pero también esta familia en la que están los componentes de la familia de Nazareth, la Virgen María y San José».

«Que el Señor las haga felices, que el Señor las hagas sentirse plenamente realizadas como mujeres, como hombres, como cristianos, como cristianas, como consagradas. Ese es el gran don que hoy celebramos y agradecemos. No se olviden, somos consanguíneos de Cristo por deseo suyo, aunque no lo merecemos, aunque hay una diferencia infinita, Él es Dios, nosotros simplemente creaturas».

Escrito por

Equipo Pastoral Siglo XXI

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