En una visita pastoral realizada a una parroquia del sur de la ciudad, me encontré con tres hermanas de una Congregación religiosa dedicada a cuidar enfermos. En esta zona ellas servían y atendían una guardería. En el pequeño comedor donde nos recibieron a mediodía para compartir los alimentos, le pregunté a la más joven de ellas:
¿De dónde es usted hermana?
De aquí de Monterrey
Ah sí! ¿de qué parte?
De Sierra Ventana,
Ah, de aquí cerquita!
Si padre, soy monjita Pose
¿Pose?… 🤔Ah caray, ¿cómo es eso hermana?
Sip, posesionaria 🙈, (y sonrió), tenemos la fama, jeje
Jeje (me dio tanta ternura, que le dije): ¡Usted ha descubierto también cómo es Dios, hermana!
😳Mmmh, ¿qué quiere decir, padre?
Sip, que Dios también es un Dios “Pose”!
¿Ah sí?
Sip, Dios también ha tomado posesión de tu corazón.
😍
La hermana Pose tenía ahí mismo una compañera religiosa que, después de 37 años dedicados a sacar adelante a sus 9 hermanos por la falta de sus papás, quiso ser religiosa, pero fue rechazada en consecutivas ocasiones por varias comunidades religiosas. Sin embargo, perseveró, y siguió tocando puertas, hasta que llegó a esta congregación, donde la Superiora de entonces, que había vivido la misma experiencia que ella, por supuesto que la aceptó, y ahora esta venerable hermana ha cumplido más de 25 años de votos perpetuos. 👏
Hoy son 3, y administran una guardería, y pertenecen al equipo de economía parroquial, bautizadas como las guardianas.
Ellas, sin duda, han escogido la mejor parte y esa, nadie se las quitará (Lc, 10,42).
Porque al final de la vida, sobre la columna del haber, solo quedará aquello que hemos dado.
+Alfonso G. Miranda Guardiola