EL SAGRARIO
En esta serie de artículos en que hemos venido comentando la disposición de los espacios sacros en los edificios de la comunidad cristiana es momento de tocar uno de los temas más importantes de toda la iglesia: el sagrario.
Para guiarnos acerca de este tema conviene acudir a un documento oficial, analizaremos qué dice la Instrucción General del Misal Romano que puede ser consultado no sólo en cada Misal Romano de nuestras comunidades sino ya también en diversas plataformas electrónicas. Veamos los puntos más importantes que se señalan acerca de este tema en los números 314 al 317 del citado documento, comencemos:
- La reserva eucarística deberá ser conservada en el sagrario.
- El sagrario deberá distinguirse por su ubicación en un lugar digno, importante, visible, debidamente ornamentado y apto para la oración.
- Un solo sagrario deberá de haber en cada templo.
- El material del sagrario deberá ser de material sólido, inviolable, no trasparente y cerrado, evitando cualquier tipo de profanación.
- El sagrario no deberá estar sobre (encima de) el altar.
- El sagrario se podrá colocar:
- En el presbiterio en un lugar adecuado o…
- En una capilla aledaña, visible, apta para la oración.
- En templos antiguos pudiera considerarse para el sagrario el colocarlo en el tabernáculo de un altar antiguo que ya carezca de uso cultual.
- Siempre deberá haber ardiendo una lámpara especial de cera o de aceite.
- Se deberá bendecir el sagrario antes de comenzarlo a usar.
- Habrá que consultar al Arzobispo, o las personas delegadas por él, acerca del proyecto arquitectónico o remodelación por hacer en nuestra comunidad.
Ahora pensemos, en las parroquias que tu conoces ¿se cumple lo anterior? Probablemente algo que tu has visto como lo más normal pues resulta ser que no es lo más correcto y siempre lo has tenido por bueno. Por otro lado, hay algunos mitos y afirmaciones que en ocasiones se escuchan como “verdad de fe” y resulta ser que no son afirmaciones que vayan de acuerdo con esta fuente oficial.
Por ejemplo, a lo largo de los años, he escuchado a muchas personas decir que por ningún motivo el sagrario debe de estar en el presbiterio y eso no es verdad. Sí puede estar en el presbiterio el sagrario.
En ciertos casos lo que los fieles han visto en las parroquias, decíamos, no va de acuerdo con lo que debe de ser, lamentablemente hay muchas parroquias que sin razón tienen dos sagrarios, la norma indica que debe de ser uno solo. El tener un segundo sagrario deberá ser algo extraordinario, deberá de ser analizado por la Dimensión de Bienes Eclesiásticos y Arte Sacro (DIBEAS) arquidiocesana con mucho detenimiento y después hacerle llegar una opinión al Sr. Arzobispo para que él al final tenga la última palabra y decida al respecto.
Hay casos aún más extremos…
Parroquias en las cuales el sagrario no puede ser encontrado… no sabe uno dónde está… o no se distingue… recuerdo un templo en la cual uno casi debe de adivinar su ubicación en una pared decorada de modo moderno y se puede encontrar después de un buen rato de búsqueda sólo después de hacer detectado el pequeño orificio de la llave que se inserta para abrirlo…
Peor es aquella situación en la cual en la sacristía hay un segundo sagrario y éste está en el armario a un lado de los libros litúrgicos, las vinajeras, el incienso, etc., etc. “Es que es para que los ministros no caminen mucho” – se intenta justificar así esa ubicación.
Es interesante que el Misal Romano insista en el aspecto de la oración. El sagrario debe estar accesible para la oración privada, es imprescindible que haya alrededor de él un clima de quietud y paz… y a veces yendo al sagrario lo que se oye es a la secretaria parroquial que en el espacio adjunto contesta el teléfono y da informes a las personas que llaman de los horarios de las misas, del catecismo, etc.
¿Cómo es el sagrario de tu parroquia o capilla? ¿Dónde está ubicado? ¿Su localización propicia tu oración personal? Tema interesante es este ¿verdad? Es un tema amplio, no lo agotamos en esta entrega, más adelante lo retomaremos por su importancia en nuestra comunidad.