“Nuestra vida es mejor estando con los demás, compartiendo gozos y alegrías”.
«Me resisto siempre a celebrar mi cumpleaños, si lo miro desde mi gusto, desde mi manera de ser, pero también por otro lado, se que tengo un deber, de pedir su oración y agradecerle a Dios la vida que me ha regalado, y por eso me atrevo a interrumpirles su agenda, para que recen conmigo y recen por mí”.
«Lo primero que quisiera en esta Eucaristía, es que junto conmigo miremos a Jesús, La Palabra de Dios nos llama a mirarlo, primero entre la multitud necesitada de Jesús, una multitud que tiene prisa de acercarse a Él».
«Nuestra vida es mejor estando con los demás, compartiendo gozos y alegrías, es mejor y nos hace mucho bien el encuentro humano, que nos lleva también al encuentro con el Señor. El autor de la carta a los Hebreos, también nos llama a ver a Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, siempre cercano a todos».
«En segundo lugar, quiero que también miremos a San Francisco de Sales. Yo nací en esta fecha de San Francisco de Sales, no se porque me pusieron el nombre de Rogelio, pero el Santo que me acompaña, desde el día de mi nacimiento es San Francisco de Sales. A leer esa brevísima biografía que esta en el Misal Romano, destaca algo bien importante, dice que San Francisco de Sales, era exageradamente amable, en sus palabras y en sus escritos, aparece siempre esta virtud, la amabilidad, la bondad, el trato respetuoso y tierno con la gente, y desde que supe que él era el santo del día de mi cumpleaños, siempre le he pedido que me conceda un poquito de esta virtud, aprender a ser amable, a ser respetuoso, en extremar mi cuidado en no lastimar a nadie».
«Ustedes los sacerdotes y quienes me conocen, saben que hago la lucha por ser buena persona, a veces salta alguna cosa que a lo mejor no es así, pero mi deseo y mi propósito que siempre le pido al Señor es que pueda ser siempre amable. Tener presente que la autoridad no significa amargura, exigencia, dureza, intransigencia, sino que la autoridad siempre debe de ejercerse al estilo de Jesús, al estilo de los santos, sabiendo que la autoridad del amor, del cariño y del respeto, es más provechosa y fructífera, que las palabras, los gritos y las agresiones».
“Quiero decirles ahora como me siento al cumplir 68 años, primero, siento lo que algunos de ustedes así lo sienten, que el tiempo es breve, que el tiempo corre veloz, como dice el autor del Eclesiastés, <corre como una flecha, imparable!>, y que la vida nos lleva en esta velocidad, que ninguno puede interrumpir, el reloj sigue avanzando, para todos, pero cuando llegamos a un momento de nuestra edad, sentimos que es un sprint , una carrera incontenible, corre más rápido el reloj, al menos así lo sentimos».
“Por eso cuando llegue hace 6 años les dije que tenia mucha prisa, porque también el reloj tiene prisa, de servir, de hacer lo mejor que puedo en este momento, por esta Iglesia de Monterrey”. Pero también, por otro lado al ver mis fragilidades me alegra mucho oír la Palabra del Señor, al saber que el completa, el suple, que el esta más allá de mi persona, que lo que yo no hago, Él lo hace, es más Él lo hace todo, y eso también me da mucha tranquilidad. Saber que no soy indispensable, saber que no soy tan importante, como alguien pudiera imaginar».
«Estoy muy contento de servirles, muy contento de estar en esta Iglesia de Monterrey, pero también que ustedes pidan por mí, para que aunque no lo merezca, reciba de ustedes la oración, el cariño y el respeto».
Lic. En Comunicación y Desarrollo Organizacional Maestro en Métodos Alternos en Solución de Conflictos.