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HOMILÍA DE PADRE UCRANIANO EN LA PURISIMA DE MONTERREY

Padre P. Dimitro Kiyashko, Ucraniano.
Homilía en la Misa de la Purísima de Monterrey, 14 de marzo del 2022.

Buenas tardes, soy el padre Demetrio, sacerdote de la Iglesia Ucraniana Greco Católica, somos Iglesia católica de rito oriental. Nuestra Iglesia católica tiene 24 iglesias orientales con su propia misa, con sus ornamentos. Somos la misma iglesia en comunión con el Papa Francisco y la Iglesia universal. Mi Iglesia está tambien presente en todas partes del mundo, porque los ucranianos somos también, un pueblo migrante.

Como todos saben, los últimos 17 días en mi tierra tenemos guerra. Una guerra sin sentido, una guerra donde muere muchísima gente. Ayer estaba leyendo una noticia, en una ciudad, solamente en una ciudad, no es muy grande, más de 2000 muertos, civiles, no soldados, no militares, sino civiles.

Nosotros no atacamos Rusia, o algún pueblo de Rusia, o al pueblo de Rusia que vive en Ucrania, ellos no tienen opresión, nada, pero Rusia ataca mi tierra, mi país, por nada, sin sentido, somos un pueblo pacífico, somos un pueblo de paz, somos un pueblo de fe, y no buscamos guerra o conflictos. Muchas veces podemos escuchar por la televisión, que Rusia empieza una guerra por aquí o por allá, pero los ucranianos nunca lo hemos hecho, no queremos guerra, queremos vivir en un país independiente; y ahora, no es solo una guerra contra Ucrania, es una guerra contra el mundo democrático; es una guerra contra nuestra propia cultura, contra nuestra tradición, idioma y fe. Ahora mi tierra está llena de sangre, sangre de civiles, y el presidente de Rusia dice, que los pueblos de Ucrania y de Rusia somos hermanos, pero me parece que un hermano nunca viene a tu casa para matarte, un hermano no viene a tu casa para destruir tu casa, para matar a tus niños, eso no es ser hermanos.

Ahora sentimos que tenemos hermanos verdaderos, en todas partes del mundo, ahora sentimos el apoyo de muchos países, ahora sabemos que nuestro vecino, el pueblo de Polonia es nuestro hermano, porque por estos 17 días tenemos a más de 2 millones de personas refugiadas, y un millon 200 mil personas viven ahora en Polonia, en las casas de la gente; la gente nos acoge a todos. Ahora también, nuestros hombres de 18 a 67 años no pueden salir de Ucrania; los refugiados son mujeres con niños. Por 17 días, hay más de 4 millones de desplazados dentro de Ucrania, que no tienen nada, y ahora mucha gente viene a España, porque mi misión ahora los últimos 6 años es en España, 5 y medio años en Valencia y ahora estoy en Isla de Ibiza.

Ahora en mi casa de Ibiza, vive mi prima con su hijo de 2 años y 8 meses, llegando con una mochila, sin nada. Ahora en todas partes del mundo pedimos ayuda a toda la gente y también, saben, tengo padre en mi diócesis, en Ibiza, mi obispo es como mi padre. El primer día de la guerra me dice, Demetrio ¿qué podemos hacer por Ucrania?, ¿cómo podemos ayudar? Y de verdad es la gente de la Isla de Ibiza, una isla pequeñita y que por 3 días la gente entregó un camión lleno de ayuda, con ropa, alimentos, medicina, donativos, porque de verdad ahora, en muchas partes de Ucrania tenemos una catástrofe humanitaria, la gente no tiene casa, luz, nada; la gente vive en sótanos. Por ejemplo ayer, despierto con noticias, de que era atacado con bombas el aeropuerto de mi ciudad y mi familia vive ahí, cerca del aeropuerto, y yo la llamé, y nadie me responde, y me duele mucho, me duele mucho mi prima con su hijo de 2 años 8 meses y su hijo que le dice: mamá vamos a casa, mamá yo quiero jugar con papá, ¿Por qué nosotros no estamos en nuestra casa? ¿Por qué un niño de 2 años tiene que sufrir?

El gobierno de Rusia dice que quiere liberar al pueblo ucraniano, pero la pregunta es ¿liberar de qué? ¿de mi tierra, de mi país independiente, de mi cultura, de mi fe?, ¿o quiere liberarme de los niños? Ya que ahora tenemos más de 70 niños muertos, ¿de quién tú quieres liberarme? ¿para que es su ayuda?, ahora tenemos destruidas mas de 200 escuelas. Por 17 días, lo que construimos en muchísimos años, ahora no lo tenemos.

Estoy aquí, muy lejos de mi país, muy lejos, para pedir su oración, su apoyo como pueblo cristiano, ahora nuestra arma es estar unidos, somos la misma iglesia, no importa dónde estamos, en Ucrania o en México, estamos unidos en oración, y ahora nuestra arma es el rosario por la paz, por la paz en Ucrania, por la paz en el mundo, y también quiero pedir su oración por Rusia, es también ahora muy importante.

Ahora mi Iglesia sufre mucho, nuestras iglesias en Ucrania ahora están todas abiertas, todas, en centro de conflictos la iglesia está abierta, porque la gente viene para comer. Nuestra Iglesia ahora sirve como comedores grandes, nuestra iglesia sirve ahora como bunkers, ahora sirve como casas para la gente que no tiene casa.

Y de verdad ahora tenemos un gran ejemplo de nuestros sacerdotes, ni un sacerdote dejó su parroquia, ni uno, ni un obispo dejó su diócesis, incluido el arzobispo mayor que está en la capital de kiev, la iglesia está con la gente; nuestro sacerdote ucraniano, de nuestra parroquia de Barcelona, es capellán de médicos.

El primer día de guerra manda mensaje al grupo de sacerdotes que vivimos en España, estoy en Ucrania, estoy en la primer línea de fuego, está allá, para dar los últimos sacramentos a los soldados, está allá para apoyar a los médicos y está con la gente, es un verdadero sacerdote, está con la gente, sin miedo.

Ahora sentimos que mucha gente, muchos países, incluido México, esta siendo solidario con nosotros, con Ucrania, con mi pueblo, ahora tenemos ayuda de todo el mundo. México tiene gente con gran corazón lleno de misericordia y también, cuando avisamos de esta ayuda en Ibiza, en mi isla donde vivo ahora, respondió un montón de gente, muchísima gente, y no solo católicos, toda la gente responde.

Y hoy quiero otra vez pedir vuestra ayuda, pedir vuestra ayuda de oración, estemos unidos, estemos fuertes, somos pueblo de esperanza, somos todos pueblo de Dios, esperamos que Dios termine esta guerra pronto en mi tierra.

Muchas gracia por vuestra presencia, muchísimas gracia por vuestra oración, continuamos unidos por la paz, también en esta iglesia es muy especial la Reina de la paz, pedimos también apoyo de ella, que es Reina y siempre puede dar la paz a todo el mundo, no solo a Ucrania, para todos, muchísimas gracias para todos.

P. Dimitro Kiyashko
En compañía de la Fundación Ayuda a la Iglesia necesitada.

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