El P. Federico Altbach Señala que con esta nueva modalidad de formación en parroquias se persiguen varios objetivos: “Primero, que los seminaristas tengan un acompañamiento más cercano de parte de los formadores y de los párrocos; segundo, que puedan conocer más de cerca todas las facetas de la vida parroquial; tercero, que tengan un tipo de formación pastoral más cercana a las personas y desarrollen actitudes misioneras, de servicio, alejadas del clericalismo; que destaquen en las comunidades parroquiales por ser sencillos, verdaderos apóstoles según el Evangelio”.
El Rector del Seminario Conciliar explica que además este nuevo modelo busca potenciar la promoción vocacional; “es decir, que los seminaristas, al estar presentes más tiempo en las comunidades, entusiasmen a otros jóvenes a descubrir su vocación cristiana, que bien puede ser la vocación al sacerdocio.
Otro de los objetivos que se persiguen es que los jóvenes aprendan a vivir con otros compañeros, a compartir la vida, y con esto, como futuros presbíteros, se inserten en las Unidades Pastorales y compartan con otros colegas el ejercicio del ministerio, se apoyen mutuamente y trabajen en proyectos comunes de evangelización”.
Con información de: Siame