El Museo Arquidiocesano de Arte Sacro acrecienta su acervo con extraordinarios donativos, uno de ellos se ha integrado hace poco a la exposición permanente.
Se trata de un cuadro de una importancia excepcional. Este lienzo del año 1750 es obra del pintor Francisco Castillo, está basado en un grabado poblano de la primera mitad del siglo XVIII y existe un lienzo similar en el Museo de Arte Religioso de Santa Mónica en la misma ciudad de Puebla.
Ha llegado al Museo por un generoso donativo del padre Jesús Querea quien lo recibió a su vez de las personas encargadas de lo que fue la casa de la Acción Católica que estuvo localizada en lo que hoy es la escuela La Superior en el cerro del Obispado.
Se trata de una iconografía muy poco vista en nuestro país: se trata de un triunfo. Un personaje, en esta caso santo Tomás de Aquino, va montado en un carruaje sosteniendo triunfante la Eucaristía. Muy a tono con la iconografía de la época el carruaje es movido por los seres que se identifican con los cuatro evangelistas mientras que el coche arrolla a los herejes que no concuerdan con esta doctrina de nuestra fe.
Una pieza valiosísima para nuestro patrimonio que puedes disfrutar en nuestro Museo.