El Señor me ha dado una encomienda nueva, ser promotor vocacional, mi nuevo destino es servir a Dios en el “Centro Vocacional de Monterrey”. Y me alegra poder hacerlo. Algunas de las personas que se enteran de que voy a estar sirviendo ahí tienen inquietud por saber qué es eso y qué voy estar haciendo ahí.
El Centro Vocacional es el organismo que tiene como encomienda promover las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales. Principalmente entre los jóvenes que no han optado aún por una vocación específica.
Esta promoción se realiza de diferentes maneras. Primero con un acompañamiento personal, donde el joven o la joven se encuentra con un acompañante en este discernimiento. Comúnmente la parte masculina es acompañada por sacerdotes y la parte femenina con hermanas religiosas de diferentes congregaciones. También un acompañamiento comunitario, donde jóvenes con la misma inquietud por responder al Señor conviven, en retiros, campamentos, círculos bíblicos entre otras actividades. Por supuesto esta promoción es principalmente realizada en las comunidades parroquiales con los párrocos y vicarios, son ellos, quienes envían a los jóvenes al centro vocacional para llevar este discernimiento-acompañamiento.
Y ahora se preguntarán, pero qué es eso de la vocación. Pues existen diversas connotaciones o contextos en los que podemos utilizar esta palabra. Para muchos la vocación es el interés que siente una persona por dedicarse a una tarea determinada, hemos escuchado expresiones como, vocación de maestro o vocación de doctor, pero esto simplemente es eso, una inclinación o gusto personal.
Para nosotros los cristianos la vocación es un llamado de Dios, el cual la persona tiene que responder. Un llamado de Dios, para una tarea específica, una forma de vida concreta y especial para cada persona. Aunque pareciera que existen solo tres vocaciones específicas, ese llamado es completamente personal y especial para la historia de cada persona. A mí me gusta verlo como el proyecto de Dios para mi vida, el camino de felicidad que Dios quiere para mí.
Cuando empiezas a preguntarte por el sentido de tu vida, o qué es lo que sigue en el camino personal, al igual que dudar para elegir tu manera de vivir, es cuando distingues con mayor claridad que estas recibiendo un llamado, pero lo interesante es que cada persona tiene un llamado, tiene una vocación, algunos responden de manera inmediata y algunos otros realizan un discernimiento vocacional. Así que es necesario acompañar ese discernimiento con la presencia de Dios para no equivocarnos en la respuesta.
Este discernimiento vocacional es un proceso personal, un proceso vocacional y cada joven lo lleva a su tiempo, modo y cuantas veces sea necesario. Para llevar un orden el Centro vocacional tiene como día de partida de los procesos vocacional, una marcha juvenil vocacional, y es el evento significativo que da arranque a las actividades del CV. Este año será el 26 de septiembre de 2021, según se presenten las medidas sanitarias se irá informando cómo se realizará este año. Pero ya sea virtual, presencial o mixta, es un buen momento donde todos los jóvenes puedan participar de la marcha y comiencen a preguntarse qué es lo que Dios quiere de ellos.
