Ciudad del Vaticano (www.pastoralsiglo21.org) 6 de octubre del 2018.- El hombre no se da cuenta de que, en su intento por dominar al mundo, a su vez está dominado por ídolos, como el dinero, poder, placer y por eso siembra injusticias y corrupción, pero ustedes saben que otra vida es posible, dijo el Papa Francisco en la jornada de hoy del Sínodo de los Jóvenes.
“Han descrito bien, y experimentado en vuestra piel las ilusiones del hombre contemporáneo, que cree que puede dominar el mundo y a veces no se da cuenta de que a su vez está dominado por ídolos – dinero, poder, placer…. – y por esto siembra injusticias y corrupción», dijo el Pontífice durante el encuentro con jóvenes y Padres Sinodales con ocasión de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicado al tema: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
En el evento, cientos de jóvenes, en medio de cantos y danzas, presentaron diversos testimonios que hablan de las dificultades que atraviesan los jóvenes de nuestro tiempo, sus fragilidades y esperanzas, lo difícil que es encontrase a uno mismo y afirmar su identidad. Y también hicieron algunas preguntas.
“Me impresionan sus historias personales”, señaló el Pontífice, “llenas de pasión y de dolor, animadas por los deseos, estimuladas por las aspiraciones, marcadas por las caídas, pero también por el deseo de levantarse, para afrontar de manera positiva los desafíos de la vida y correr a los destinos más bellos”.
Ustedes piden a la Iglesia que conozca mejor el mundo de los jóvenes, agregó el Papa, para poder interpretar mejor sus necesidades y promover iniciativas eficaces en su favor. Los Padres Sinodales partirán ciertamente de vuestras aportaciones, que durante la fase de preparación del Sínodo y también hoy han dado con claridad y puntualidad.
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco señaló que, con sus preguntas los jóvenes expresan su deseo de ser protagonistas del cambio y de participar plenamente en la misión de la Iglesia.
“Y la primera manera de ser protagonistas y de participar es precisamente ésta – agregó el Pontífice – hacer preguntas, porque provienen de esa actitud de investigación propia de las nuevas generaciones. Una investigación que no quiere detenerse en la teoría, sino llegar a la práctica, a las opciones de vida, a los comportamientos. En cierto modo, las preguntas son más importantes que las respuestas – o al menos tan importantes – porque nunca tendremos buenas respuestas si no hacemos buenas preguntas”.
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