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“EL DÍA QUE NO ESTÉ UNA MUJER NO HAY AMOR, Y SI NO HAY AMOR NO HAY VIDA” ARZOBISPO DE MONTERREY

Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 8 de marzo del 2022

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el Arzobispo de Monterrey tuvo a bien compartir, dialogar y de manera especial escuchar a tres mujeres representantes del Consejo Diocesano de la Mujer.

“Este momento de diálogo es sobre todo escucharlas a ustedes que nos digan dónde está el punto más importantes de sus vidas, dónde ponen ahorita su zoom, donde concentran hoy su mirada, sus sentimientos y su vida … es importante oírles a ustedes dónde está su sueño dorado:” comentó Mons. Rogelio Cabrera López para dar comienzo al espacio de compartir:

Consuelo Bañuelos, es una mujer que constantemente se encuentra realizando actividades sociales, principalmente en centros penitenciarios, centros de rehabilitación de adicciones y en colonias que tienen mayor índice de violencia, a su vez es integrante del Consejo Diocesano de la Mujer:

En cuanto a su participación en los centros penitenciarios de mujeres, Consuelo compartía desde su experiencia las realidades que descubre al escuchar de manera directa a quienes están privadas de su libertad:

“Añoran salir, pero la parte más difícil es cuando salen, entonces cómo escuchamos a las mujeres en ese miedo que sienten de volver a sus casas, cómo las vamos acercando a sus familias, cómo las vamos preparando a qué tengan habilidades para que puedan trabajar, cómo las vamos acercando a tener ese rostro cariñoso con sus hijos aunque estén grandes, lo más importante es escuchar y desde sus necesidades poder compartir, estoy contigo desde la necesidad que pienso o me compartes que tienes”

Don Rogelio hacía referencia a su última visita que tuvo al centro de readaptación social femenil el pasado miércoles de ceniza, en donde además de invitar al ayuno, oración y limosna, invitaba a las mujeres a ser un perfume, un olor agradable: “La mujer es perfume de la sociedad, es olor a vida para la sociedad”.

Por su parte la Hna. Sandy religiosa de la congregación Compañía María de Nazareth, comunidad que de manera principal llevan su servicio en las calles de distintas colonias, visitando a adolescentes y jóvenes de pandillas o que viven en situación de calle, compartía desde esa realidad como hace falta la figura de referencia, la atención, la escucha y el cariño en los hogares y desde esa perspectiva se desprende su sueño:

“Uno de mis sueños no solo personal sino comunitario es podernos convertir, a lo mejor
somos ni tantas, pero las que somos con mucho amor podernos convertir en esas figuras de referencia, en esas personas seguras en quien encuentren ese apoyo para darle un giro a su vida para darse cuenta que tienen otras oportunidades, para darse cuenta que alguien cree en ellos y por supuesto ser esa voz de Dios que llega a través de nosotros para que ellas y ellos se encuentren con Él y así transformen su vida” señaló la Hna Sandy.

Norma Velazco, también miembro del Consejo Diocesano de la Mujer, participa en el Centro Pastoral de Investigación que se dedica a investigar fenómenos sociales y cuestiones referentes a la Iglesia, todo esto con el fin de brindar mejor servicio a la población:

El principal sueño que Norma compartía es la mayor participación e iniciativa por parte de las mujeres en todas las áreas en las que se pueden desarrollar, así como el reto del tiempo, en medio de todos los roles que abrazan con amor:

“Yo creo que uno de los principales puntos aquí sería una educación en la fe y en la parte humana, nos hemos deshumanizado, hemos perdido el punto en cuanto a ese faro de qué es esta humanización, de qué es el ser humano”.

“Uno de los grandes retos que tiene la mujer y un reto muy fuerte es precisamente el tiempo, privilegiadas en cierta manera como decía Consuelo, pero seguimos vinculadas como en una red, donde estamos conectadas siendo mujeres, siendo hijas de Dios, siendo esposas, madres, abuelas e inclusive hija”.

“Y sobre todo con está responsabilidad que se traduce en el amor, en la comprensión y en la escucha, ahora si como dicen ponerle pies al corazón” señala Norma.

En cuanto al tema de Sinodalidad al que el Papa Francisco hace referencia el cual nos invita a caminar juntos, el Arzobispo comentó que para caminar juntos primero hay que aprender a escuchar:

“La sociedad cambia en la medida que escucha, si somos sordos y no nos escuchamos vamos a quedar estancados dándole vueltas al mismo punto, pero cuando se escucha realmente la sociedad se pone a caminar, se pone a evolucionar o inclusive a revolucionarse porque asume mayor fuerza, mayor energía”.

Antes de finalizar monseñor Rogelio hizo gran énfasis en la importancia de la mujer en la sociedad, y agradeció a las tres participantes que representaron a todas las mujeres de la Iglesia su participación y servicio:

“El día que no esté una mujer no hay amor, y si no hay amor no hay vida, todo se acaba”.

“Gracias por todo lo que hacen, por todas las mujeres, pero también les agradezco el caudal de servicio qué hay aquí y en todas partes, porque la mujer es siempre llena de amor y sirve sin ser esclava, servir sin amor simplemente es ser esclavo”.

El día de hoy, 8 de marzo la Curia Arquidiocesana brinda el día a las mujeres que colaboran en ella, y el Arzobispo señala que sin duda hacen mucha falta y se les extraña.

“Que mañana y siempre sean muy felices” dijo Don Rogelio.

#IglesiaDeMonterrey

Escrito por

Coordinadora de Relaciones en Equipo Pastoral Siglo XXI Lic. Ciencias de la Comunicación.

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