Tampico Tamaulipas, (www.pastoralsiglo21.org).- 8 de febrero 2019. Mons. Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey y Administrador de la Diócesis de Tampico, presidió la Santa Misa en Tampico en la que hermanos religiosos renovaron sus votos y realizaron votos perpetuos.
Durante la homilía, explicó el sentido de estos votos: “San Agustín señala que todos tenemos tres deseos válidos y para nada malos: que nos quieran, poseer algo y querer ser importantes. Asumir la vida consagrada es darle un nuevo rumbo a estos deseos naturales: siguiendo el ejemplo de Jesús se acepta un caminar distinto al de mundo”.
“Ustedes están aprendiendo a ser pobres; a amar al estilo de Jesús, controlando los propios instintos; se van educando en la obediencia para seguir el evangelio”.
“Este caminar es paulatino, hasta llegar a decirle a Dios que están listos. Se tiene que poner en orden el deseo, el sexo, el dinero. Cosas válidas pero que se le entregan a Dios con el criterio del amor y la caridad. Es decir, yo me privo de los bienes materiales para vivir la caridad; yo me privo de los deseos para servir a las personas; yo obedezco para servir y amar en nombre De la Iglesia”.
“Estos votos, este modo de vida no es opresivo o para lastimar: es un modo de vida para la amistad. Al entender así la consagración o el sacerdocio, como amistad con Dios, se supera cualquier tentación o duda. El consagrado, el religioso es amigo de Jesús. Así se soportan las cosas duras y difíciles de llevar”.
“Hoy, decía el Señor, quiere que nuestra alegría sea plena. Sí solo ven los votos como un simple mandato, no van a vivir en plenitud. Si esto que abrazas no te permite sentirte libre, realizado, en una palabra: alegre, quiere decir que a lo mejor no es tu camino. El camino de la profesión religiosa debe ser siempre un camino de alegría”.
Lic. En Comunicación y Desarrollo Organizacional Maestro en Métodos Alternos en Solución de Conflictos.