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¿DE QUÉ HABLAN LAS MUJERES DE MONTERREY CUANDO HABLAN DE LA IGLESIA?

 “La Iglesia me ayuda a acercarme a Dios, a Jesús y a la Virgen”

  “A la Iglesia le falta adaptarse a los nuevos tiempos, quiere cambiar, pero lo hace muy lento”

   “Esperamos que la Iglesia luche por la equidad entre hombres y mujeres”

Qué importante es oírnos con calma para saber qué pensamos, qué sentimos y qué esperamos; sólo así es posible el verdadero encuentro y el caminar juntos. Movido por este interés, nuestro arzobispo Rogelio Cabrera le pidió al Centro Pastoral de Investigación de nuestra Arquidiócesis, “Miguel Alanís Cantú”, que realizara un estudio para conocer de qué hablan las mujeres de Monterrey cuando hablan de la Iglesia.

Después de formar diferentes grupos de diálogo de mujeres entre los 18 y 70 años, unas pertenecientes a la Vida Consagrada, otras que se consideran cercanas a la Iglesia, y otras más que se perciben lejanas a la Institución, se les preguntó sobre lo que hablan, sienten y esperan de la Iglesia. Los resultados obtenidos, aunque son preliminares, tocan temas muy interesantes.   

Unas perciben que con el Papa Francisco la Iglesia se ha mostrado más abierta y cercana a la gente, buscando responder a las necesidades del mundo moderno. En este sentido opinan que, la actuación de Monseñor Rogelio Cabrera, ha sido sobresaliente en la Iglesia de Monterrey. Sin embargo, aunque ven una intención de cambio señalan que éste se va dando muy lentamente. Observan que en temas como los divorciados vueltos a casar, la homosexualidad y el aborto, falta claridad y unidad en la manera como la Iglesia los atiende. Algunas mujeres piensan que en estos temas se deben asumir posturas más abiertas.

Además, dicen, la Iglesia les hace sentirse cerca de Dios, de Jesús y de la Virgen. En ella pueden encontrarse y formar comunidad. Valoran el esfuerzo que se hace por utilizar los medios digitales para estar en contacto con la gente. Les preocupa ver una Iglesia lejana de los jóvenes. Ven a algunos sacerdotes aislados, con poca capacidad de escucha y sin dar espacio para la actuación de los laicos.

Tienen la esperanza de una Iglesia más humana y humilde, menos interesada en el dinero y en la política. Una Iglesia más abierta en la que se incluya a todos, que supera el machismo y lucha por la equidad entre hombres y mujeres. Desean una Iglesia cercana a los jóvenes y que, a través de la tecnología, reinventa la forma de transmitir la Palabra de Dios. 

Las mujeres comentan que ellas están en todas las actividades de la Iglesia, sin embargo, su presencia y aporte no siempre es valorado y reconocido. Ven necesario tener una mayor participación en las tomas de decisiones. Quisieran que la Iglesia aprovechara más la perspectiva amorosa que la mujer tiene para vincular de una manera más rica a la comunidad.

El estudio todavía no ha terminado y el diálogo sigue abierto. Que Jesús, Palabra del Padre, nos ayude a ser una Iglesia más abierta y en salida, que acoge a todos y sale al encuentro de todos. 

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