Mons. Juan Armando Pérez Talamantes, obispo auxiliar de Monterrey y responsable de la Dimensión Episcopal Mexicana de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes, participó en el evento.
Ciudad del Vaticano (www.pastoralsiglo21.org) 27 de octubre del 2018.- Luego de más de tres semanas, los trabajos del Sínodo de los Obispos sobre los Jóvenes, la Fe y el Discernimiento Vocacional han terminado y el Papa ha dirigido un discurso improvisado del que resaltaron tres puntos:
El primero se refiere a que el Sínodo no es un parlamento, sino un espacio protegido por el Espíritu Santo; el segundo es que el documento fruto del sínodo es “para nosotros”, dijo, remarcando que los obispos “somos los primeros destinatarios del documento”, para “estudiarlo, hacer oración con él, pedirle luces”.
Y lo tercero que quiso destacar el Papa Francisco, fue en referencia a nuestra Santa Madre Iglesia: “Madre Santa con hijos pecadores”. “Es un momento difícil porque el acusador a través de nosotros ataca a la Madre y la Madre no se toca. Por eso pedí en este mes que termina, en pocos días, de rezar el rosario, rezarle al arcángel Miguel, rezarle a la Virgen para que cubra siempre a la Madre Iglesia. Sigamos haciéndolo”, afirmó.
«A causa de nuestros pecados siempre el grande acusador que aprovecha- como dice en el primer capítulo de Job- que gira por la tierra buscando a quien acusar».
En este momento, prosiguió, «nos está acusando fuerte y esta acusación se convierte en persecución también».
Persecuciones, se refirió el Papa, como las que suceden «en Oriente o en otras partes». Pero también otro tipo de persecuciones: «acusaciones continuas para ensuciar la Iglesia»: «la Iglesia, afirmó, no debe ser ensuciada, los hijos sí somos sucios, pero la Madre no, y por eso es el momento de defender a la Madre, y a la Madre se la defiende del gran acusador con la oración y penitencia».
La tarde de este día se realizó la lectura del documento final que fue aprobado por el Pontífice.