Canadá (www.pastoralsiglo21.org) 18 de julio del 2018.- Cada día que hay sesión parlamentaria frente a la Cámara de los Comunes, el sacerdote Tony Van Hee permanece ahí durante casi siete horas, así lo ha hecho durante tres décadas ayunando y orando.
A sus 81 años, recuerda que cuando empezó, pensó que sería poco tiempo, porque se podría prohibir el aborto en el Tribunal Supremo, pero luego pasaron meses y ahora lleva ya 30 años pidiendo a Dios que se elimine el aborto en Canadá y en el mundo.
Canadá tiene legalizado el aborto libre, sin límites de causas ni de etapa de gestación del bebé. Actualmente, hay cien mil abortos al año en el país (uno de cada cuatro embarazos).
Las normas para manifestarse ante el Parlamento dicen que puede estar con un solo cartel de protesta y de pie, no sentado. Pero con tres décadas de experiencia, y pasando allí seis horas y media cada día, ha comprobado que si se apoya en una silla elevada discreta y si se coloca detrás de un anuncio doble tampoco le dicen nada.
Los diputados van y vienen, pero el padre Tony se mantiene perseverando, orando, ayunando, con lluvia o nieve, ese frío de Ottawa que baja a 14 grados bajo cero.
“Nunca he sufrido mucho, en realidad, por el clima. Me visto adecuadamente y disfruto al aire libre. El viento y la lluvia es lo peor porque me hacen volar los carteles”, explica a Catholic Herald.
No siente flaquear ni piensa abandonar esta empresa. “Siento esa necesidad de soledad y de vida contemplativa y de oración, y es curioso que lo consiga en la Colina del Parlamento”, explica.
El aborto nunca se votó en las urnas canadienses. El Tribunal Supremo lo implantó en 1988.