La mañana de este lunes 30 de mayo, el presbiterio de Monterrey, trabajadores de la curia y algunos familiares del Arzobispo de Monterrey – Mons. Rogelio Cabrera López, se reunieron en la capilla del Seminario Menor, para la Acción de Gracias por el 26 aniversario episcopal de nuestro pastor.
Durante su mensaje el Arzobispo de Monterrey, agradeció a todos su presencia y apoyo en su ministerio, además reconoció haber recibido muchas bendiciones, además con humildad expresó tener errores y vivir tribulaciones.
“He recibido muchas gracias de Dios en estos 26 años, en todos los lugares en que he ejercido el ministerio, en Tacámbaro, en Tapachula, en Tuxtla y ahora con ustedes, pero también por otro lado reconozco entre más años más errores; hay un bonito pensamiento del libro de la sabiduría cuando se admira de alguien que haya vivido tan pocos años, dice lo preservaste de la maldad, muchos años, muchos errores, pero es Dios el que fija el tiempo. Como decimos en la Vigilia Pascual, suyo es el tiempo, suya la eternidad. Con todos los límites de mi vida, estoy con ustedes tratando de cumplir la misión que se me encomienda”.
“«Vendrán muchas tribulaciones», a veces me siento así, como en un gran remolino, como si me fuera a ahogar, pero también recuerdo la invitación de Cristo «Tengan valor», y uno reconoce su propio miedo. El lema de mi escudo dice: «Esta es la victoria de nuestra fe», tomada de la primera epístola del apóstol San Juan.
“El Señor reitera siempre su llamado «Tengan valor», «No tengan miedo», esto lo dice el Señor, siempre que llama a alguien. Así le dijo a los profetas, así le dijo a María, «No temas María», ¡No temas hermano!, pero si nos lo dice, es porque sabe que tenemos mucho miedo, mucho temor, no sabemos que hacer, no sabemos como decidir”
Finalmente, invitó realizar oración y dejarse guiar por el Espíritu Santo, para ser cercanos ante la necesidad que tiene el mundo de compañía, ante la pandemia actual de soledad.
“Hermanas, hermanos, les pido su compañía, les decía en la pre-asamblea a los fieles laicos, la palabra compañero, es el que comparte el pan, el que comparte el alimento, vamos a ser en torno a la Palabra de Dios, en torno a la Eucaristía, en torno a la convivencia humana. Yo los necesito, ustedes me necesitan, todos nos necesitamos y en último termino, tenemos la necesidad que Dios nos ayude, en el mundo hay muchas tribulaciones, vamos a procurar no lastimar a nadie; es el mejor regalo dar nuestro tiempo, dar nuestra fe”.
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